Un año de campaña
En las últimas semanas, los escolares de la mayoría de los centros privados llevaron a sus padres folletos de propaganda de esta campaña, con invitaciones para asistir a conferencias y coloquios que han venido celebrándose en cines y salones de actos de los grandes colegios de órdenes religiosas. Asimismo, se invitaba a los padres para que contestaran a encuestas encaminadas a determinar el grado de interés de aquéllos por el tema de la libertad de enseñanza y para que dirigieran telegramas a las Cortes y a la propia Federación en apoyo de los fines perseguidos por la campaña.En el contexto de esta campaña podría situarse también la serie de cartas cristianas del cardenal Tarancón, publicadas en las últimas semanas por la hoja informativa Iglesia en Madrid, en las que el presidente de la Conferencia Episcopal española se ha venido refiriendo a la necesidad de que una Constitución democrática debiera recoger la libertad de elección de centros y los Gobiernos posibilitar esta elección por la vía de las subvenciones oportunas.
El propio ministro de Educación, Iñigo Cavero, parece haber querido dar su apoyo a la intensa campaña de la Federación Católica con sus declaraciones al espacio informativo de Radiotelevisión Española Ultima hora de la noche del lunes. El señor Cavero dijo que, con los proyectos legislativos que el Gobierno tiene el propósito de enviar a las Cortes, y si los presupuestos generales del Estado facilitan los medios necesarios, «la libertad de enseñanza podrá generalizarse en un período relativamente corto, bien entendido que no se trata de estatificar la enseñanza, sino de crear un marco de igualdad de oportunidades, tanto en el sector estatal como en el no estatal».
«Un derecho real»Más adelante afirmó que «el hecho de que el Estado administre la enseñanza estatal no supone que se pretenda generalizar este sector a costa del privado. Es legítimo el ejercicio de la ensenanza en el sector no estatal y, por tanto, es necesario ayudarlo eficazmente. La Federación Católica de Padres está presidida actualmente por el matrimonio formado por Enrique y Carmen de Alvear.EL PAIS ha tenido oportunidad de dialogar antes de la celebración del acto con Carmen de Alvear, quien desempeña también las funciones de vocal de prensa de la Federación.
EL PAIS: Se ha montado esta campaña que culmina en la concentración de esta tarde en un año que se caracteriza por la situación de cambio.
C. Alvear: Evidentemente.La campana la iniciamos hace un año con la publicación del documento Libertad para todos. Hay demasiados indicios de que se pretende por algunos sectores una estatalización a ultranza, contra la que estamos. Ese es el sentido de nuestra campaña. Nos dirigimos al Gobierno, a los partidos políticos y a la opinión pública para que todos sepan que hay un grupo de padres que piden que se respete el derecho a la libertad de elección de enseñanza para sus hijos. Hasta ahora, los medios informativos se han refe rido a la Federación como si se tratara de un ente abstracto. Esta tarde hemos querido hacernos presentes de forma palpable; que se vea que somos un grupo social importante, que quiere que se le tenga en cuenta en los momento en que se está planteando una nueva política educativa.
EL PAIS: ¿No existe el peligro de que se confunda la defensa de los ideales educativos de unos padres con los intereses de unos determinados centros privados de enseñanza caracterizados por su elitismo?C. A.: Nosotros no defendemos los derechos de los centros, sino de los padres. Por eso pedimos, que las ayudas económicas del Estado vayan a la familia directamente, no a lo; centros. Lo que nos interesa es que toda la enseñanza, la del Estado y la privada, tenga una verdadera calidad. Más aún: que una y otra tengan la misma calidad y el nivel adecuado. Habrá que empezar, para ello, exigiendo que las autoridades ministeriales digan de una vez por todas cuál es el precio real de un puesto escolar del Estado y que, por otra parte, se produzca una reforma fiscal justa. A partir de estas dos premisas, todo es posible en orden a lo que nosotros queremos y estimamos justo, es decir, que desde la fórmula que se estime más conveniente, por ejemplo la del cheque escolar, cada padre tenga, de verdad, la posibilidad deescoger el tipo de escuela y educación que necesita para su hijo.
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