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Concentración en favor de la libertad de enseñanza para todos

A las ocho de la tarde de ayer tuvo lugar una gran concentración de padres de alumnos - alrededor de 30.000 personas- en el interior e inmediaciones del Palacio de los Deportes, como culminación de la campaña nacional iniciada hace un año por la Federación Católica de Padres de Familia y Padres de Alumnos, a partir de la publicación del documento Libertad de enseñanza para todos.

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Un año de campaña

Previamente, a las seis y media de la tarde, había sido convocada una rueda de prensa en la que intervinieron las mismas personas que más tarde habrían de dirigir la palabra al auditorio distribuido, como se ha dicho, dentro y fuera del recinto deportivo.En el coloquio con los informadores los representantes de las diversas asociaciones de padres insistieron en el carácter apartidista del acto, así como de la propia Federación.

Numerosas pancartas colgaban de los balcones de las gradas con toda clase de textos alusivos al tema de la asamblea: «No queremos hijos robot»; «No al monopolio estatal de la enseñanza»; «Madre, el hijo es tuyo, no del Estado»; «Nos piden respetar los partidos, ¿pero quién respeta a los católicos?»...

Habló en primer lugar Enrique de Alvear Criado, presidente de la Federación Católica de Padres de Familia de Madrid, quien indicó que la Federación no pretende plantear situaciones de conflicto, sino únicamente ejercer un derecho ciudadano. «Lo único que pedimos es una auténtica libertad de enseñanza para todos. »

A continuación intervino su esposa, Carmen de Alvear, quien señaló que «en el momento presente están en juego no sólo la educación de nuestros hijos o la supervivencia de unos determinados centros docentes, sino el futuro mismo de nuestra sociedad». En otro momento di o que «la libertad que pedimos no puede establecer ningún tipo de preferencias para determinados padres y centros. Por el contrario, pensamos en todos los padres sin discriminaciones ni ideológicas ni culturales». Se refirió a que la oposición a la escuela única supone la oposición a todo tipo de totalitarismo, incompatible con los derechos fundamentales de una sociedad auténticamente pluralista.

Tomaron después la palabra, entre otros, los señores Hubert de Smet, secretario general de la GIAPEC, Agrupación Internacional de Asociaciones de Padres de Alumnos Católicos; Fernando Gortázar, presidente de la Confederación Nacional Católica de Padres de Familia; Juan Reig, vicepresidente de la Unión Internacional de Asociaciones Familiares; Humberto Capó, ministro de la Iglesia evangélica española; así como representantes de las Hermandades del Trabajo, de la Federación de Antiguos Alumnos Católicos, Asociación Nacional de Viudas y de los centros de educación especial.

Todos insistieron en la necesidad de que la futura Constitución recoja el derecho a la libertad de elección de centros y del tipo concreto de educación para sus hijos.

Ante la necesidad de finalizar el acto dentro de un plazo de tiempo determinado, muchos de los oradores previstos, en concreto los representantes de las federaciones católicas de diversas provincias, tuvieron que renunciar al uso de la palabra limitándose a subir a la tribuna situada en el centro del recinto para ser ovacionados por el público. Cerró el acto el señor Alvear, quien dio lectura a sendas cartas dirigidas al Rey y al presidente del Gobierno, así como al escrito que recoge las conclusiones de la asamblea, en el que se señala que «en los niveles obligatorios, la enseñanza tiene que ser gratuita para toda Ia población, y su financiación debe hacerse en función del sujeto de la educación, que es el alumno, independientemente del centro en que está escolarizado». Por otra parte, se indica que «la Constitución que reconoce la libertad de enseñanza y no establece unos cauces concretos para su financiación encierra una contradicción.

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