La arterioesclerosis, "Principal asesino del hombre civilizado"
Se ha dicho que «la arterioesclerosis es el principal asesino del hombre civilizado.» En Estados Unidos las muertes por arterioesclerosis alcanzan cifras aproximadas de un millón de personas. Concretamente, cada año mueren en aquel país 275.000 personas por accidentes vasculares cerebrales. Otras 300.0000 personas quedan marcadas también cada año con secuelas de diversa intensidad, que van desde paraplejías y hemiplejías, hasta leves parálisis faciales.En consecuencia, existen en Estados Unidos dos millones y medio de personas con secuelas de accidentes vasculares cerebrales, y un 10% de las mismas necesitan estar ingresadas en instituciones especializadas. Todo esto supone que el coste de los accidentes vasculares cerebrales en aquel país se estima en 1,2 billones de dólares al año -más de cien billones de pesetas- para atenciones médicas, y unos tres billones de dólares -más de 250 billones de pesetas- en pérdidas salariales.Otro gran país de Occidente, la República Federal de Alemania, ofrece un panorama similar. El número de personas que allí fa llecen cada año por problemas relacionados con trastornos vas culares cerebrales es de alrededor del 15% del número total de fallecidos.
Pero, ¿qué es la arterioesclerosis?, ¿por qué este enorme desarrollo en los países industriales? La arteríoesclerosis inicia sus lesiones en los vasos arteriales desde los quince años de edad, con inicio de depósitos de lípidos en la capa íntima de los vasos. Entre los treinta y los cincuenta años aumenta la infiltración de lípidos en la pared del vaso y se inicia el proceso de fibrosis. A partir de los cincuenta años, las lesiones se incrementan y extien den.
La arterioesclerosis se localiza, sobre todo, en las arterias del corazón, vasos de extremidades inferiores, arterias renales y de encéfalo. Viene determinada por la formación de placas amarillentas que contienen fundamentalmente lípidos y colesterol. Estas placas pueden ulcerarse, provocando la formación de trombosis intraarteriales. Las causas, aunque diversas, tienen mucha relación con las formas de vida que se están desarrollando en los países avanzados. En efecto, además de las causas genéticas, cuentan mucho el régimen alimenticio, excesivo en grasas, propio de los países occidentales, y los problemas, de hipertensión, muy en relación también con la modalidad de vida y comportamiento de las sociedades industriales. La calidad de vida juega un papel, por tanto, decisivo en el desarrollo de esta peligrosa en, fermedad.
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