La capital de la Iglesia vasca podría estar en Navarra
A partir del próximo mes de marzo podría quedar constituida y aprobada la Provincia Eclesiástica Vasca, que. reunirá a las Archidiócesis de Pamplona y Tudela y los arzobispados de Bilbao, San Sebastián y Vitoria. La capitalidad de la Iglesia Vasca quedaría situada en Navarra.En la reciente Asamblea Plenaria del Episcopado Español los obispos vascos presentaron a la comisión de obispos que estudian la reestructuración del mapa eclesiástico español, un documento-informe sobre la creación de la provincia eclesiástica vasca. En él se recogen las razones pastorales que hacen aconsejable la remoledación de la provincia eclesiástica de Pamplona, con la anexión a ella de las diócesis de Bilbao, San, Sebastián y Vitona.En la actualidad, la provincia eclesiástica de Pamplona -creada en 1.956- incluye la Archidiócesis de Tudela y las diócesis de Jaca y Logroño. La diócesis jacetana podría integrarse en la futura provincia de Aragón, mientras que hay duda, sin embargo, sobre el destino aragonés castellano de la Diócesis de Logroño.
El obispo auxiliar de Bilbao, monseñor Uriarte, declaraba ayer en Bilbao que los sacerdotes navarros hablan expresado repetidamente su voluntad de pertenecer a la provincia vasca desde hace tiempo.
En la misma rueda de prensa, monseñor Uriarte se refirió a la nueva organización económica de la Iglesia, recordando que la conferencia episcopal recibirá el año 1978 del Gobierno 6.000 millones de pesetas, cantidad que viene a suponer el 0,17 % del presupuesto total español. De esa cifra, 4.750 millones irán destinados a las nóminas de los sacerdotes, mil a satisfacer las cuotas de la Seguridad Social del clero, que comienza este año a cotizar. El resto, 250 millones de pesetas, en palabras de Uriarte, se repartirán entre las 64 diócesis españolas según las necesidades.
Aseguró asimismo el obispo auxiliar de Bilbao que en un futuro no muy lejano la Iglesia española deberá estudiar la forma más idónea de sufragar sus necesidades sin necesidad de que sea el Estado quien la sostenga económicamente. Monseñor Uriarte señaló que los obispos en la conferencia episcopal son partidarios, por una gran mayoría, de la independencia, y de la necesidad de que su mantenimiento corra a cargo de los creyentes.«La independentización económica del Estado puede suponer un traumatismo saludable. No olvidemos que en 1903, con Pío X, el Estado francés anuló su ayuda a la Iglesia de Francia y ésta conoció desde entonces una increíble resurrección. En el Estado español podría ocurrir algo parecido. »
Preguntado acerca de las posibilidades de que la Iglesia sufragada por los creyentes, pudiera ser dirigida o intervenida por el pueblo, que, quizá desearía elegir a sus propios sacerdotes, monseñor Uriarte contestó: «Es muy posible que si no de forma directa, si al menos indirectamente el pueblo intentara manejar a la Iglesia. De lo que no dudo es que llegado el caso habrá más consulta para la elección de todos los cargos e incluso la posibilidad de que en las elecciones eclesiásticas el pueblo podrá designar las personas que prefiriese. Ese es un futuro deseable.»
