Joan Miró acepta la presidencia del Patronato del Museo de Arte Contemporáneo

El ministro de Cultura, Pío Cabanillas, visitó ayer por la mañana la Fundación Joan Miró, de Barcelona, en donde le esperaba el pintor mallorquín. El objeto de la visita era ofrecer a Miró la presidencia del Patronato del Museo Español de Arte Contemporáneo y del Centro de Investigaciones de Nuevas Formas Expresivas, lo que aceptó el pintor.

Se encontraban presentes los artistas Eduardo Chillida, Antoni Tápies, Pablo Palazuelo y Eusebio Sempere, a los que se les ofreció ocupar tres vicepresidencias del mencionado patronato, a los tres citados en primer lugar, y la secretaría del mismo a Eusebio Sempere. La visita del ministro comenzó con un recorrido por la Fundación, en donde se expone una muestra de la cultura catalana, conclusión del Congrés de Cultura. Acompañaban al ministro el comité ejecutivo ele la Fundación, compuesto por los señores Vicens, Teixidor, Cirici y, Muga, y el director general de Música, Jesús Aguirre.«Con este acto - declaró a EL PAIS Antonio Fernández Alba, director del Centro de Investigación de Nuevas Formas Expresivas- se pretende demostrar el cambio conceptual de la cultura, que en estos nuevos tiempos pretende pasar de una forma de dominación a un método de conocimiento.» Tras el recorrido por la exposición se desarrolló, a puerta cerrada, una sesión de trabajo en la que el ministro expresó su deseo de que las personalidades artísticas allí presentes se integraran en un quehacer cultural común. Antonio Fernández Alba señaló que «se trata de restituir a la cultura catalana y a sus creadores, olvidados, cuando no perseguidos, hasta hace muy poco tiempo, la función excepcional que en el ámbito específico de la vanguardia artística y literaria les corresponde por derecho propio.

El resto de la sesión de trabajo se dedicó a exponer una serie de puntualizaciones que permitirán, en un futuro inmediato, crear colectivamente un patronato que tenga una eficacia real y una aceptación común. Eduardo Chillida, que aceptó a título personal su posible participación en el empeño, matizó, sin embargo, la necesidad que sentía de trasladar esta invitación a las fuerzas representativas del sentir del pueblo vasco, puesto que -comentó- la situación política en el País Vasco es distinta a la de Cataluña, en donde, a juicio del escultor, la mera presencia de la Generalitat cambiaba radicalmente el panorama. La mayor preocupación de Chillida era la de que el nuevo proyecto tuviera una proyección y una práctica descentralizadora.

El acto tuvo una proyección supracultural evidente, puesto que se trataba de entroncar los planes gubernamentales de difusión y experimentación cultural con las personalidades más relevantes del arte español actual. El mencionado patronato, cuya composición definitiva se conocerá en un plazo breve de tiempo, tiene por función el planificar y supervisar las actividades del museo y del centro de investigación. La primera gran exposición que se desea inaugurar en el primer trimestre de 1978, estará dedicada precisamente a la obra de Joan Miró, lo que permitirá por primera vez al pueblo madrileño contemplar la obra del pintor mallorquín en volumen y calidad apreciables. Tras ella se preparan exposiciones de Tápies, Eduardo Chillida y Pablo Palazuelo.