Ayer se presentaron los premios Planeta en Madrid

Ayer se presentó en Madrid el último Premio Planeta, la Autobiografía de Federico Sánchez, de Jorge Semprún, junto a la novela que quedó finalista, Divorcio para una virgen rota, de Angel Palomino. En el hotel donde se celebró el coctail, con la presencia del presidente de la editorial que publica y premió los libros, José Manuel Lara, se congregaban la mayor parte de los escritores madrileños, buen número de figuras públicas de la capital y profesionales de la información. Ante ellos realizaron la presentación de los libros Rafael Conte, que habló de la novela de Semprún, y Fernando Vizcaíno Casas, que lo hizo de la de Palomino.

Rafael Conte calificó el arte de Jorge Semprún de «fundamentalmente político», tanto en sus novelas como en sus películas. «Pero el arte -dijo- posee leyes propias y difícilmente se deja penetrar por nada que no sea su interior exigencia estética. Todo arte que se pretende político deja de serlo.» Y refiriéndose a la tensión entre política y estética dijo: «No hay manera de ganar la batalla, pues el arte no la entablará jamás. Cuando ve su autonomía amenazada, simplemente desaparece. Y ese es su triunfo, pero también su derrota, pues, ¿cómo acercar el arte a la vida en esas condiciones?»Concretando en tomo a la Autobiografía de Federico Sánchez, dijo de ella el señor Conte que no es un libro de ficción, sino una biografía personal, perfectamente real. «En esas condiciones -dijo- la crítica es imposible en ambos niveles: en el real y en el literario. Este libro no es una novela. Se trata de una autobiografía real, de un testimonio. El valor literario se le supone, pero al mismo tiempo no es lo importante. Lo real destruye toda posibilidad de discurso crítico en el terreno estético. Por tanto, el debate comenzará después de la literatura.» El señor Vizcaíno Casas presentó la novela de Palomino, trazando una guía personalísima de la literatura de este novelista español, al que calificó como «un humorista serio», «no de hacer chistes de baturros, sino de profundizar con humor en la vida española, que es lo que tienen que hacer los verdaderos humoristas». «Como en las otras novelas suyas -declaró a EL PAIS- me ha gustado, por encima del tema, que es muy de actualidad y está tratado con mucha gracia, el ambiente, los personajes secundarios llenos de vida, que dan la talla de observador y novelista de Angel Palomino.» Preguntado sobre la novela premiada, Fernando Vizcaíno Casas dijo: «No la he leído aún, pero sospecho que lo de Semprún es más político que literario. En cambio, el Divorcio para una virgen rota es pura literatura. Como sabe, cuenta la historia de una pareja que llevan dieciocho años viviendo juntos, felices. Ella enviuda, se casan y empiezan las dificultades en el matrimonio. Creo, dijo, que el tema tiene actualidad y garra. A mí la novela me ha gustado mucho.»