Suspensión injustificada en Madrid

El domingo no hubo toros en Madrid, aunque estaban anunciadas novilladas en Las Ventas y Carabanchel. La excusa fue la lluvia. Cierto que la semana había transcurrido fría y con aguaceros continuos, los cuales continuaron en la noche del sábado y primeras horas del domingo. Pero a las once de la mañana de este día había dejado de llover y salió el sol, y una hora más tarde -la clásica del apartado- el cielo ya estaba despejado y había ambiente de mañanita de paseo.

A pesar de todo, se acordaron las suspensiones. Con cierta lógica en Carabanchel, donde aquella decisión ya se había adoptado el sábado, pues su ruedo es deficiente en drenaje. Sin ella en Las Ventas, donde el drena e es magnífico y, además, tienen el recurso de la lona. Con peor tiempo, lluvia pertinaz durante toda la jornada e incluso durante la celebración del festejo, hemos visto corridas en Las Ventas, donde está claro que es el taquillaje el que impone que se utilice o no la lona. No está ya tan claro, sin embargo, que la autoridad, responsable en última instancia de las suspensiones, esté a los caprichos de la empresa.Parece como si Nueva Plaza de Toros de Madrid, SA, cuyo consejero delegado es Fernando Jardón, tuviera prisa por terminar la temporada (no le obliga, su contrato de arrendamiento con la diputación, a prolongarla más allá del 15 de octubre), y como si la celebración de corridas y novilladas fuera del ciclo desmesurado de San Isidro consistiera en una carga que ha de sobrellevar a la fuerza. Y lo mismo le ocurre en Valencia, donde los aficionados se quejan de que apenas monte festejos, al margen de las ferias clásicas.

Peor suerte no ha podido tener la fiesta, en Madrid y Valencia, con semejante empresa, cuya torpeza y falta de afición han hecho mucho daño.