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Enseñanza

Tregua de silencio entre Universidad y Ministerio mientras crece la conflictividad

El Ministerio de Educación y Ciencia y la Universidad Complutense han convenido una tregua de silencio concretada en la ausencia de declaraciones a los medios de comunicación con objeto de evitar una imagen de tirantez o tensión entre una y otra parte. Al parecer, las conversaciones y contactos directos entre Ministerio y Universidad son permanentes, a la búsqueda de soluciones para los problemas surgidos de la demanda escolar y la capacidad limitada de admisión que presentan algunos centros. Sin embargo, estos problema crecen día a día en, los distintos distritos universitarios.

Las escuelas de profesorado de EGB son los últimos centros universitarios que se incorporan a la escalada de la conflictividad originada por la aplicación de criterios de selectividad contrarios a las propias normas ministeriales.Como se recordará, un decreto del mes de agosto establecía con toda claridad que sólo las facultades de Medicina podrían restringir el número de alumnos de ingreso. Posteriormente, en un nuevo en un consejo de rectores se señalaron las cifras de admisiones posibles para las diversas facultades de Medicina.

Pero ni las facultades de Medicina de los diferentes distritos universitarios, particularmente la de la Complutense, respetan los criterios del consejo de rectores, ni son sólo estas facultades las que implantan el númerus clausus, puesto que cada día se producen protestas y conflictos en otras modalidades de estudios distintas a la de Medicina.

La escuela de profesorado de EGB Santa María, de Madrid, ha rechazado a cuatrocientos alumnos, lo que motivó un encierro de una treintena de afectados. Estos alumnos se encuentran incomunicados con el exterior, puesto que la directora del centro ha ordenado el cierre del mismo y la policía no permite el acceso.

En la facultad de Medicina de la Complutense se mantiene el conflicto en los mismos términos que la primeros de septiembre, es decir, las autoridades de dicha facultad se niegan a sobrepasar la cifra de seiscientos admitidos, contraviniendo, como ya se ha dicho, los criterios del propio consejo de rectores, que aconsejan admitir a 1.100.

En Murcia, la junta de la facultad de Medicina amenaza con suspender las actividades académicas si no se facilita una solución al problema de la selectividad que en aquella facultad dimana de una absoluta penuria de medios. El consejo de rectores recomendó la admisión de trescientos y la facultad encuentra dificultades para admitir a cien.

En Sevilla continúa por quinto día consecutivo el encierro en la facultad de Filosofía y Letras de un centenar de aspirantes a ingreso en Medicina. En este caso se trata de 1.400 aspirantes frente a sólo quinientos admitidos.

Asimismo parece haberse convertido en norma de numerosos centros el no admitir traslados de expediente, desoyendo toda clase de argumentos justificativos de las solicitudes correspondientes. Esta negativa a atender las solicitudes de traslado se produce no sólo en los primeros cursos, sino también en cursos avanzados de las distintas carreras.

En la facultad de Medicina, de Alcalá de Henares se niega el derecho a la anulación de convocatorias y se desestiman las peticiones de convocatorias de gracia, lo que unido al alto número de suspensos en determinadas asignaturas de primer curso, motivará el que gran cantidad de alumnos tendrá que abandonar los estudios.

Por otra parte, recientemente, se ha informado que el colegio universitario de Arcos de Jalón, de la barriada de San Blas, de Madrid, va a cerrar sus puertas; pero profesores de dicho centro han declarado a EL PAIS que el colegio no desaparece y que va a convertirse en facultad de Biológicas.

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