El plan de paz propuesto por Israel no convence en Washington

El ministro israelí de Asuntos Exteriores, Moshe Dayan, reconoció ayer que existen «grandes diferencias» entre Tel Aviv y Washington respecto al conflicto de Oriente Próximo. Pero se mostró optimista ante la posibilidad de que la conferencia de paz de Ginebra se reanude antes de fin de año, y anunció una postura más «flexible» de su Gobierno.

En una conferencia de prensa celebrada ayer en un hotel de la capital federal, Dayan enumeró algunas de estas diferencias que separan la postura del Departamento de Estado norteamericano de la sostenida por el Gobierno derechista de Tel Aviv. El establecimiento de colonias judías en el territorio ocupado por Cisjordania, las pretensiones de Israel sobre este territorio y la presencia palestina en las futuras negociaciones de Ginebra son los puntos principales de desacuerdo.Después de una intensa jornada de conversaciones con el presidente Carter y otros altos funcionarios estadounidenses, que se cerró con un ambiguo comunicado conjunto, la única conclusión que parece evidente es que las diferencias entre Tel Aviv y Washington persisten. El comunicado se refiere a un «abierto y amistoso espíritu en las relaciones entre nuestros países que permite abordar sinceramente las diferencias» y se extiende en otros tópicos al uso. Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca no se quedó atrás en el empleo, de lugares comunes y calíficó las conversaciones como «útiles y constructivas».

Durante su encuentro con los periodistas, el ministro israelí confirmó virtualmente que se había entrevistado el pasado fin de semana con un alto dirigente, aunque Jordania lo ha desmentido oficialmente, pero se negó a dar detalles concretos del misterioso contacto, porque afecta también a la otra parte.

Dayan dijo que había presentado a Carter unas nuevas propuestas de su Gobierno que definió como «un borrador de un tratado de paz», aunque no entró en detalles sobre el contenido de las mismas. No se espera, sin embargo, ninguna novedad en la proposición de Tel Aviv, que incluirá la devolución de gran parte del Sinaí y de los altos del Golán, a cambio de tratadoz de paz., El ministro israelí dejó bien claro que su Gobierno quiere mantener un sistema de alerta en los altos del Golán y continuar su presencia militar en la orilla occidental del río Jordán.

La supuesta flexibilidad de Israel fue definida por Moshe Dayan al decir que, desde ahora, no se limitará a oponerse a las peticiones árabes, sino que «todo es negociable». Respecto a los palestinos, el antiguo jefe militar israelí dijo que «les ofrecemos establecerse en Cisjordania y que nos digan lo que quieren y cómo quieren vivir con nosotros».

Otro ejemplo de esta flexibilidad expuesto por Dayan fue el hecho de que Tel Aviv está dispuesta a negociar las nuevas fronteras sin tener en cuenta la situación de las colonias judías y que sí alguna de éstas quedara en territorio árabe, sería trasladada al interior de Israel. En cuanto a la OLP, el Gobierno judío sigue sin querer negociar con esta organización, pero admitirá la presencia palestina en Ginebra si fuera incluída en la delegación jordana, y admitiría esa presencia, he aquí la novedad, «sin preguntar si esos palestinos son simpatizantes de la OLP».

La visita de Dayan a Washington, que no parece haber obtenido avances de importancia en la solución del conflicto, inaugura una nueva ronda de negociaciones sobre Oriente Próximo. Hoy, miércoles, será el ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, Ismail Fahmi, quien visite a Carter en la Casa Blanca y contactos con los cancilleres de Siria, Jordania, y Arabia Saudita están previstos para las próximas semanas