La plantilla de Sefanitro quiere la planta de amoniaco en Baracaldo
La empresa Sefanitro y sus trabajadores pretenden que se materialice el proyecto de creación (le (550 puestos de trabajo y una inversión de más de 7.000 millones de pesetas, en la nueva planta de amoníaco a construir en Baracaldo. El proyecto, ya veterano, cuenta con la oposición de las asociaciones de vecinos de esta localidad, que consideran la planta peligrosa.Hace un año que la antigua planta de amoníaco de Sefanitro quedó parada. El suministro de gas que le hacía Altos Hornos quedó cortado al incrementar esta última empresa su producción y precisar de este combustible. Sefanitro decidió entonces construir una nueva planta que debía funcionar con naftas o gas natural (este último combustible no es utilizable hasta el año 1979 en que llegará el gasoducto a Vizcaya).El Ayuntamiento de Baracaldo concedió entonces el permiso oportuno para la iniciación de las obras. Una manifestación de 30.000 personas hizo reconsiderar a la Corporación municipal, que retiró finalmente el permiso inicial concedido. La empresa elevó entonces un recurso contencioso administrativo, aún hoy no resuelto.
Sefanitro reunió recientemente a los 650 trabajadores. a los que comunicó que, ante la imposibilidad de poner en marcha la nueva planta de amoníaco, la situación en la empresa es de crisis profunda. Aducía la dirección de la factoría que la necesidad de importar el amoníaco que se producía en la antigua planta eleva los costos y los productos comienzan a no ser rentables. Sefanitro anunció,de forma alarmante a sus trabajadores que o se realiza la nueva planta, o habrá que cerrar la factoría en un plazo m4s o menos largo.
Los trabajadores entraron entonces en contacto con UGT, Comisiones Obreras, STV (Solidaridad de Trabajadores Vascos) y otras centrales, haciéndoles partícipes de su postura favorable a la realización de la nueva planta. La crisis económica actual, la precaria situación de algunas empresas, la posibilidad de perder 650 puestos de trabajo y el posible lo2ro de una inversión en la zona de más de 7.000 millones de pesetas, les había hecho recapacitar y, finalmente. se mostraron partidarios de que se lleve a cabo la nueva planta, que -señalan- contaminará menos que la antigua.
Por su parte, las asociaciones de vecinos de la zona insisten en sunegativa a aceptar la construcción de la planta aduciendo que además de los problemas de seguridad y contaminación, les mueve a rechazarla la necesidad de romper el cinturón industrial que oprime hoy a Baracaldo.
Reunidos abogados de U GT con la dirección de la empresa, una comisión de los trabajadores y las asociaciones de vecinos se decidió que una comisión técnica de aquella organización sindical realice un estudio sobre seguridad y contaminación de la proyectada factoría. Una vez consultado el mismo estudio, la decisión sería ya puramente política: o zonas verdes en medio del cinturón industrial de Baracaldo o 650 puestos de trabajo y una inversión de más de 7.000 millones de pesetas. Elección de una posibilidad que excluye la otra.
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