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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La agonía de los mitos

Estos íntimos o testigos de Franco que María Mérida entrevista con agudeza y finura, ¿quiénes son?, y ¿qué representan?Porque de sus arrebatadas afirmaciones, suposiciones e hipótesis no queda nada, o casi nada.

El libro de María Mérida, inestimable para los historiadores de un mañana muy póximo, descubre y, hasta cierto punto, nos aclara muchas incógnitas presumibles y presentidas.

El personaje mítico queda desdibujado y, en casi todos los aspectos, marcado con trazos de figurativa simplicidad. No hay ningún rasgo que nos mueva a una leve simpatía, ni a una actitud razonable de posible comprensión.

La autora, con sutil inteligencia, insiste en algunas preguritas, que los entrevistados eluden o responden con torpeza pueril y escasa coherencia.

María Mérida

Testigos de Franco. (Retablo íntimo de una dictadura.) Plaza& Janés. Barcelona, 1977

Los tópicos laudatorios se repiten con fatigosa monotonía. No encontramos un elogio original. Ni un juicio de valor crítico que tenga rigor y autenticidad.

Los testigos, como un coro de comparsas anónimos, repiten la canción bien aprendida. Pero, a veces, y, sin duda, inconscientemente, hay notas desafinadas. Veamos algunas. Monseñor José María Bulart, su capellán y confesor: «No recuerdo que nunca me pidiese un consejo». Teniente general Luis Diez Alegría, jefe de la Casa Militar: «No es fácilmente influible. La decisión final es siempre suya». José M.ª Gil Robles (disidente del coro): «Desde que estalló la guerra civil hasta su muerte Franco fue franquista y nada más». Pilar Franco: «Que llegaría muy alto, sí, porque era muy inteligente y muy trabajador, pero nunca pensé que a jefe de Estado». Girón: «Yo no he sido nunca franquista. Yo he sido, soy y seré falangista. Lo cual no me ha impedido admirar, respetar y obedecer al Caudillo».

Teniente General González Gallarza: «Desde luego, a Franco le veo más cerca de Primo de Rivera que de nadie».

López Bravo: «El régimen nacido de nuestra cuerra ha durado tanto tiempo, porque llegó a merecer el consenso de la mayoría de los españoles». Torcuato Luca de Tena: «No haber solucionado en vida, igual que Primo de Rivera, los problemas constitucionales del país, de tal modo que ahora hace el efecto de que hay que volver a empezar desde el principio. Y más que de error yo lo calificaría de defecto, el recelo y la desconfianza que tenía en hombres de buena fe». Alberto Martín Artajo: «Opino que por la razón que sea y aunque la motivación tuviera carácter negativo, lo cierto es que el régimen de Franco gozaba de un consensus pasivo, amplíqen el pueblo español».

Hay que subrayar, naturalmente, que el libro está escrito antes de la consulta electoral. Después de las elecciones se ha visto de una manera clara y rotunda la opinión del pueblo espanol sobre el artificio de los mitos. Los testigos podrían recitar, íntimamente, aquella desoladora estrofa de Campoamor: «Mi agonía es la trágica agonía del que quiere evitar lo inevitable».

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