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"He venido para observar el despegue de la democracia española"

El final de la guerra civil supuso para buen número de intelectuales españoles el principio de una peregrinación fuera de su patria. Muchos países hispanoamericanos abrieron sus puertas entonces a aquella riada de humanismo exiliado. Entre ellos, Puerto Rico ocupó un lugar señero, gracias especialmente a la labor de un hombre, Jaime Benítez, rector de la Universidad de Río Piedras, una Universidad que bajo su rectorado pasó de albergar 4.000 estudiantes a lograr, la cifra de 50.000.

Por las aulas de aquella Universidad pasaron las primeras figuras de una intelectualidad española que necesitaba un lugar en el que expresarse, cerradas como estaban para el pensamiento crítico las aulas españolas. Hoy Jaime Benítez ha vuelto a España para estudiar esta transición a la democracia que él considera como milagrosa, pero que contempla con apasionado optimismo.«Yo era entonces profesor de Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad de Puerto Rico -explica el doctor Benítez- Eso sucedía cuando Ortega y Unamuno eran los oráculos intelectuales de España. Creo que Puerto Rico es la tierra americana donde se recuerda a España con mayor emoción. Durante el período comprendido entre los años 1931 y 1936 se vio a España como fuente de inspiración cultural. Ya antes de eso, Américo Castro, Fernando de los Ríos y José Ortega y Gasset vinieron a nuestra Universidad en los últimos años de la monarquía de Alfonso XIII. Durante la guerra éramos republicanos. Yo estaba en Chicago la noche en que cayó Madrid. Voceaban: "Ha caído Madrid..." Aquella noche mis amigos y yo no pudimos dormir.»

Pero la guerra había acabado. Un orden nuevo se imponía en España, un orden en el que no había sitio para esos grandes españoles que habían iluminado de cultura de su tiempo. Jaime Benítez quiso ofrecerles un lugar, una nueva ágora para la necesidad más profunda del intelectual: la expresión. Director de la Universidad de Puerto Rico, desde 1943, -el profesor Benítez concibió una idea. El lo describe así: «Pensé que sería un buen proyecto llevar a todos los intelectuales españoles del destierro a la Universidad de Puerto Rico. Por las aulas de la Universidad de Río Piedras pasaron entonces Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas, Pablo Casals, Federico de Onís ... Años más tarde también lo harían Francisco Ayala, Enrique Tierno Galván, León Felipe, José Medina Echevarría, Sebastián González García, Manuel García Pelayo, Vicente Llorens, Américo Castro, Julián Marías, Soledad Ortega... Algunos de ellos murieron allí. Casais murió casi en mis brazos...»

Españoles listos para el regreso

«Todo ello supuso una aportación hispánica muy valiosa -prosigue el doctor Benítez-. Las gestiones que tuve que hacer para lograrlo me llevaron a conocer a los españoles en el destierro. En México, todavía en los años 60-65, había españoles con sus maletas sin abrir o listas para el vuelo del regreso..., esperando que llegara la hora de un momento a otro... Estuve en Caracas con Soledad Ortega. Ella recordaba todo con la máxima emoción... Expresaban el deseo de que se restableciesen lazos de intercambio cultural con España... Y de pronto, esas esperanzas y legítimas aspiraciones de un mundo mejor empiezan a abrirse paso ... »Así alude el que fuera rector de la Universidad de Puerto Rico al esperanzador momento por el que atraviesa España: «Los que llegamos a Madrid en estos días, y contemplamos la democracia recién establecida, lo hacemos con la sensación de presenciar un milagro. Se mezcla en nosotros la incertidumbre, la angustia y preocupación porque esto no desaparezca... Hay muchos riesgos que amenazan a esta libertad incipiente. Sin embargo, creo que el conjunto de personalidades que se han concitado en este empeño de normalizar a este país refleja un gran equilibrio y responde al equilibrio nacional, a la situación real de España. La solidaridad entre unos sectores y otros que se ha alcanzado ya da la impresión de ser sólida, de poder durar. Yo tengo confianza en que esa solidaridad que se ha alcanzado en este plazo sea fecunda. »

Peligros

Sin embargo, los peligros que acechan al momento actual español también están en la mente de Jaime Benítez... «¿Peligros de la democracia? Ahora, desde Madrid, los veo con mayor claridad. En primer lugar, veo el peligro de la comprensible prisa por hacer de una vez todo lo que falta. En segundo lugar, la importancia de hacer esa labor consolidando el sentido de unidad nacional. Hay que ir haciéndolo pero al mismo tiempo con conciencia de la inevitable limitación que impone la necesidad de seguir consiguiendo esa unidad nacional y superando el carácter de antagonismo y tribu ... Hace poco vi a Alberti en Roma... Hablamos de España. Su frase al volver a su país, aquel "salí con el puño cerrado, llego con la mano abierta" expresa algo poético porque poética es la resolución del misterio. »También ante hipotéticos peligros que amenazan el proceso democratizador español desde el exterior la consideración del profesor Benítez es optimista: «En los Estados Unidos, a cuyo Congreso he pertenecido como representante de Puerto Rico, hay el deseo de ayudar al máximo para el restablecimiento pleno de la democracia. El Congreso y el Ejecutivo quieren asistir a una fase en la que España alcance su verdadero equilibrio dentro de Occidente.»

El papel del Rey

Y dentro del proceso democratizador, la consideración del investigador americano concluye refiriéndose a quien ve como figura clave del proceso, el Rey: «La máxima sorpresa de este tiempo ha sido la excepcional gestión del Rey -afirma-. Mientras duró aquel período de antesala era frecuente oír hablar en forma crítica del entonces príncipe de España. Hoy muchos de los que le han criticado tienen que agradecerle profundamente la forma eficaz que con tan gran visión y gran generosidad conduce el país hacia la democracia. Hoy los intelectuales respetan la figura del Rey y su tacto para llevar adelante la transición. Yo confío en que las Cortes que empezarán en julio harán posible el voto que se formulaban tantos españoles del exilio... "en Madrid, cuando la democracia"... El pueblo de Puerto Rico -creo que puedo decirlo en su nombre- se siente conmovido y orgulloso de que esto esté siendo posible. »

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