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Crítica:CINE /
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El señuelo de América

Hester Street es una calle de Nueva York, nueva tierra de promisión de los judíos modernos emigrados a la América de finales del pasado siglo. En ella viven, comercian o vegetan, en parte añorando la propia, en parte, intentando llegar a ser bueno americanos, como todo emigrante recién arribado a Estados Unidos. Así, de un ghetto a otro, de un impuesto a otro libremente elegido, esta corriente humana, dividida a su vez en pequeños clanes familiares, encerrada en sí misma, explotada, pero libre a su manera, se siente satisfecha al menos con esa cierta libertad conquistada a costa de tanto trabajo y riesgo, tan lejos, a su vez del bien pasar de otros hermanos más afortunados.Joan Micklin Silver, realizadora americana, también con antepasados judíos, ha llevado a la pantalla la novela Yekl, de Abraham Cahan, nombre del protagonista de la historia, nombre que quiere cambiar por el de «Jake», a fin de convertirse en un verdadero yanky. Ha realizado el filme gracias a la aportación económica de su marido, pues la industria del cine parece fiarse poco de la condición femenina cara al arte, o lo que es más importante, cara a la taquilla. Su larga carrera como realizadora de documentales pedagógicos y guiones para Mark Robson le servió de poco a la hora de depositar en ella la confianza y medios necesarios para llevar a cabo su primer largometraje y, sin embargo, Hester Street es una obra que se alza, por su humor, sensibilidad e ironía, muy poco por encima de la media habitual que suele servirnos el cine americano. Nos explica muchas cosas sobre el mundo hostil de la emigración judía o no, nos habla del despertar de la mujer a nuevas formas de vida independiente y libre y nos ofrece un ensayo sobre usos y costumbres que sí peca quizá un poco por exceso, se salva gracias a una cuidada dirección de actores, una ambientación precisa y una fotografía que reproduce muy exactamente el ambiente y el tono de los filmes de la época.

Hester Street

Dirección, Joan Micklin Silver. Guión, Joan Micklin Silver, basado en la novela de Abraham Cahan. Fotografía, Kenneth Van Sickle. Música, William Bolcom. Intérpretes: Steven Keals, Carol Kane, Mel Howard, Dorrie Kavanaugh. EE.UU. Blanco y negro. Humor. 1975. Local de estreno: Duplex 2.

Realizada con una técnica deliberadamente simple, imitando también las películas de entonces, tiene secuencias donde el sabor de lo cotidiano se enriquece con valores de sutil humor, como en la escena de la declaración de la protagonista, pese a sus formas teatrales; la ceremonia del divorcio, a la vez divertida y dramática, o la llegada al control de entrada en el país, donde la protagonista aparece, por primera vez, en su dimensión de mujer pueblerina y desvalida.

Los cuatro personajes principales se nos muestran bien definidos y aun a riesgo de caer en cierto costumbrismo fácil, acaban por imponerse más allá de los esquemas del género y las habituales anotaciones folklóricas. A pesar de todo ello, de la estudiada lentitud de algunos pasajes, queda bien en la superficie el duro trajinar de los emigrados, sus esperanzas más o menos lícitas, sus añoranzas y alegrías, el afán de algunos por no perder su propia entidad en el abigarrado mundo que en torno de ellos medra y crece, por mantenerse fieles a si mismos, a su raza, su moral y sus costumbres, todo ello simboliza do en esa Gitl, muy bien interpretada por Carol Kane, que en tal papel rozó el Oscar de interpretación en este filme cordial, simpático y humano.

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