El Gobierno norteamericano presiona a la Lockheed para que revele todos sus sobornos
Una compleja lucha legal para obligar a la empresa aeronáutica Lockheed Aircraft Corporation a revelar los nombres de las personas que recibieron, en distintos países, pagos ilegales de la compañía, comenzará en los próximos días en Estados Unidos y puede tardar meses, o incluso años, en resolverse.
La Lockheed, que reconoció ayer en un informe elaborado por la propia empresa, haber efectuado pagos ilícitos en el extranjero por un importe cercano a los 38 millones de dólares (en vez de los veinticinco que se anunciaron inicialmente), se niega, sin embargo, a decir en qué países los realizó y qué personas se beneficiaron de ellos, y anuncia que está dispuesta a defender lo que cree es su derecho a guardar el secreto ante los tribunales de justicia y frente a la presión ejercida por una agencia del Gobierno federal para que haga públicos los nombres de los sobornados.Según datos oficiales, el número de empresas norteamericanas que utilizaron los pagos ilegales como medio de potenciar sus ventas en el extranjero es cercano a las cuatrocientas, aunque por el momento sólo hayan trascendido a la luz pública unas cuantas docenas. La Lockheed no fue la compañía que realizó los sobornos mayores, ya que, por ejemplo, la Boeing duplica con creces el volumen de pagos cuestionables, pero sí ha sido la que, por el momento, ha tenido mayores consecuencias políticas en el extranjero. El procesamiento de un ex ministro japonés, la dimisión de sus cargos militares del príncipe Bernardo de Holanda, una crisis política aún no re suelta en Italia y problemas de menor índole en España y Turquía, son algunos ejemplos de la repercusión mundial del escándalo Lockheed.
En una conferencia de prensa celebrada en Burbank (California), dos altos directivos de la Lockheed presentaron un informe de 63 páginas que tardó en ser elaborado por la compañía catorce meses y costó más de cuatro millones de dólares. En el documento se reconoce que la empresa aeronáutica pagó, entre 1970 y 1975, un total de 165 millones de dólares en comisiones a sus agentes en 41 países donde realizó ventas de sus aviones. De esa cifra, unos 38 millones de dólares (más de 2.600 millones de pesetas) correspondieron a pagos cuestionables, destinados a sobornar a funcionarios para que accedieran a la compra de los aparatos ofrecidos por la Lockheed.
Un apéndice al citado informe, en el que se detallan estos pagos ilegales, no fue hecho público por la empresa aeronáutica, que alega el «grave perjuicio» que podría ocasionar la revelación de los nombres de los sobornados en un número indeterminado de países que, según los directivos de la Lockheed, tienen «diferentes códigos de ética comercial». La, compañía asegura que no está realizando sobornos en la actualidad y descarga la mayor parte de culpa por su comportamiento anterior sobre dos antiguos ejecutivos, los señores Haughton y Kotehian, que ya no trabajan para la Lockheed.
El informe reconoce veinte prácticas ilegales diferentes realizadas por la compañía en los primeros años setenta.
La temida Securities and Exchange Commission, una agencia independiente que se encarga de estos temas y que investiga en la actualidad a varios centenares de empresas que cometieron prácticas comerciales corruptas, no está de acuerdo con el silencio de la Lockheed y emprenderá una acción legal para obligarla a revelar los nombres de los «agentes» extranjeros y sus países.
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