Precisiones
Con motivo de la salida al mercado del libro Las víctimas del postfranquismo, me gustaría aprovechar esta ocasión, si usted lo juzga conveniente y procedente, para rectificar algunas de las afirmaciones que su diario publicó en aquellos días sobre la personalidad de mi hermano Javier, asesinado la noche del 13 al 14 de agosto en Almería, rectificaciones que no pude hacer en su día por distintas circunstancias personales.En EL PAIS de aquellos días se podía leer con la ambigua introducción de «según sus amigos...» detenido en Granada, a raíz de lo cual sus relaciones familiares se hicieron difíciles, llegando su padre a amenazarlo de echarle de casa». Hay que aclarar, pues:
1. Javier nunca fue detenido.
2. Sus relaciones familiares nunca fueron más difíciles que las de cualquier muchacho de su edad. Su padre vivía en tensión constante cuando se retrasaba cinco minutos en llegar a casa. Jamás pudo pasarle por la cabeza semejante idea.
Pero el hecho «quizás curioso» es que cuando tuve la oportunidad de conectar con el periodista que hizo esa crónica, me dijo que esas informaciones le habían sido proporcionadas por un representante del Partido del Trabajo en Granada. Sin comentarios.
Le agradecería que ésta fuese incluida en su diario, pues creo que contribuiría a despejar la imagen y el recuerdo, tan borrosamente reflejado por la prensa, de aquellos días tan trágicos ayudando a formar una idea más objetiva sobre estos tiempos tan crueles y sangrientos que estamos viviendo.
Granada
