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La detención de Lanusse enfrenta a los argentinos

El presidente de la República Argentina, teniente general Rafael Videla, llegó ayer a Caracas para una visita oficial de cuatro días de duración.

Videla, que ayer delegó interinamente sus poderes de jefe de Estado en el general Díaz Bessone, ministro del Planeamiento, deja a Argentina sumida en un mar de inquietudes y con una altísima tensión, extendida al conocerse que el juez instructor Eduardo Marquart, saltando por encima de los deseos del sector militar moderado, decidió confirmar la prisión preventiva al general Alejandro Lanusse, ex presidente de la nación, así como al almirante Pedro Gnavi, ex comandante enjefe de la manna; al brigadier Carlos Rey, ex comandante en jefe de la aviación, y al ex ministro de la Defensa, Cáceres Monie. Lanusse se ha negado a declarar ante el juez y exige ser juzgado por un tribunal militar.

En Caracas, el presidente argentino está protegido por 5.000 policías, al mismo tiempo que los servicios de seguridad de Venezuela colaborarán con una delegación de colegas argentinos, llegados hace pocos días, para controlar a los numerosos exiliados de aquel país que residen en Caracas. No se cree, sin embargo, que nadie pueda intentar poner en peligro la vida del mandatario argentino. No obstante, el ambiente está caldeado por la huelga de los estudiantes, muy agitados por el allanamiento, la semana pasada, de los establecimientos universitarios por fuerzas delorden.

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