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"'La guerre est finie" plantea la dualidad pragmatismo político-utopía

Entrevista con el guionista Jorge Semprún

El pasado viernes se estrenó en Madrid el filme La guerra ha terminado, de Alain Resnais, sobre un guión de Jorge Semprún, realizada en 1965 y con un contenido absolutamente vigente: las reflexiones de un antiguo militante comunista sobre los problemas tácticos del Partido Comunista de España en aquellos años, en los que la consigna central era la de conseguir la huelga general.

«Cuando pienso en esta película, que hace mucho tiempo que no la he vuelto a ver, tengo una serie de reservas críticas, sobre todo desde el punto de vista estético -declaró a EL PAIS, Jorge Semprún- No hay que olvidar que este fue mi primer trabajo cinematográfico. Quizá tenga un excesivo peso la parte literaria, aunque creo que es cierto que la política es esencialmente lenguaje. Si hiciera ahora la misma película la haría de una forma más eficaz desde el punto de vista formal, adecuando más la imagen al texto. »«Por lo que respecta al contenido, y me pesa hablar con el tópico de forma y contenido, pienso que la película no ha envejecido. Existen algunas circunstancias distintas, por ejemplo, en la película los protagonistas se mueven en la clandestinidad y hoy ésta es ya historia. Sin embargo, creo que hay un aspecto que puede ser leído como una recreación histórica. Ahora bien, en ella se muestran las contradicciones entre lávida en el exilio y la militancia en el interior, el triunfalismo ideológico de los dirigentes; y todo esto pienso que sigue siendo válido hasta los últimos momentos del franquismo. Por ejemplo, la critica de la consigna de la huelga general pacífica como método de conseguir la transición política, creo que ha demostrado ser justa.»

Tres años antes de mayo del 68

«Por lo que atañe a los jóvenes gauchistas que surgen en la historia creo que son los primeros que aparecen en el cine europeo. Hay que tener en cuenta que el filme se realizó tres años antes del renacer del izquierdismo en Europa, mayo del 68. Ahora bien, de ellos me interesaba el problema de Diego, el protagonista, que no cree en la huelga general, que en alguna me dida ve proyectadas sus reflexiones personales en los jóvenes, aunque radicalizadas, y que, por razones de disciplina, tiene que defender lo que no comparte ante esos jóvenes. Es decir, en la película tiene más importancia Diego que los gauchistas. Quizá ahora me detendría más en analizarlo que representan los jóvenes que, en definitiva, representan a los militantes de los partidos no legalizados en la actualidad. En definitiva lo que se puede plantear es la dualidad pragmatismo político-utopía, un tema que puede y debe ser analizado.»

Jorge Semprún trabaja en la actualidad en dos proyectos: por una parte tiene prácticamente terminada La autobiografía de Federico Sánchez, nombre que utilizó en la etapa de militante político. Por otra, trabaja intensamente en un nuevo guión cinematográfico, Las carreteras del Sur.

«El libro lo tengo terminado, pero no quiero que se publique hasta el otoño, después de las elecciones, porque pretendo que se lea con tranquilidad, no como un panfleto. Pienso que de haberse publicado ahora sería una lectura deformante. Por lo que respecta a la película que dirigirá Losey, puedo decir que es, en alguna medida, una continuación de La guerra ha terminado. Es decir, trata de España, desde uña perspectiva política, aunque distinta de la de La guerra... y que, al menos así lo pensamos, podrá rodarse en España. La acción transcurre en los meses de septiembre a noviembre de 1975, fechas, a mi juicio, significativas en el acontecer político español.»

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