El plan energético español
Un país como Estados Unídos con una balanza comercial fuertemente favorable, con una moneda universalmente aceptada, que le permite exportar su inflación, afronta, sin embargo, el problema de la energía derivada del petróleo con, la máxima tensión de voluntad, porque puede escasear y porque no debe comprarse en proporción excesiva fuera de las fronteras.Y si esta conducta y este planteamiento se trasladan a los países europeos y concretamente a España, con cuánta mayor razón y motivos no debiera haberse establecido, ya desde hace dos o tres años, un plan de restricción de energía derivada del petróleo, del consumo de gasolina por los automovilistas, y poner en marcha un sistema de calefacción solar...
A diferencia de Estados Unidos, España tiene un déficit que cabe calificar de endémico de su balanza de pagos y de la balanza comercial; entrega anualmente unos cuatro mil millones de dólares a los países de la OPEP por el petróleo que les adquirimos, y estas transacciones significan un cuarto de billón -unos 250.000 millones de pesetas- en- nuestro déficit comercial. No necesitamos asustarnos por la posible escasez de energía dentro de diez años. Nuestra situáción actual es lo suficientemente asustadiza y desagradable para impulsarnos a actuar en sentido similar y aún más áspero y decidido que el de los propios Estados Unidos.
¿No se nos podría aplicar el calificativo benaventino de «ciudad alegre y confiada» y recordar cómo terminaron aquellas confianzas?
24 abril
