"Vivimos entre las furias de los negocios y de los poderes"
«Que el acto de hoy signifique la concordia y la superación de la guerra más cruel. Poesía es ahora, como ha sido siempre para mí, símbolo de esperanza», dijo Jorge Guillén momentos antes de recibir el Premio Cervantes de Literatura, el más importante de lengua castellana y dotado con cinco millones de pesetas.
Tras expresar su agradecimiento, evocar la figura de Cervantes y señalar que el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares -lugar donde se celebró el acto- era el marco más apropiado para tal acontecimiento, agregó: «Un premio literario, si no se entromete la vanidad de los galardonados, cae del cielo como una sorpresa inesperada, pero no pensemos en el azar, ni siquiera en el seguro azar, sino en la decisión de quienes lo conceden.»Después aludió el poeta a la situación precaria en la que se encuentra la ciencia, las artes y la espiritualidad. «La historia desemboca en una realidad que se reduce a la economía y a la política, vivimos entre la furia de los poderes y la furia de los negocios», dijo.
Después de la intervención de Guillén, el director general de Cultura, Popular, señor Cruz Hernández, actuando en representación del ministro de Información y Turismo, ausente por motivos de trabajo, entregó los premios Cervantes de Literatura y de Ensayo a los dos galardonados: Jorge Guillén y Manuel Alvar.
El señor Cruz Hernández se refirió al magisterio realizado por ambos y al trabajo de toda una generación dedicado a la creación artística y también a la investigación y al estudio de la ciencia humanística española.
Entre los asistentes se encontraban destacadas personalidades de la cultura y de la política: el presidente de la Real Academia de la Lengua, Dámaso Alonso; el rector de la Complutense, Vian Ortuño; los embajadores en España de Estados Unidos y Argentina. También estuvieron presentes escritores y poetas como Luis Rosales, Gerardo Diego, Julián Marías, García Nieto, Rafael Montesinos, Zamora Vicente; y profesores de la Universidad, algunos de ellos revestidos con la toga y el birrete.
Las notas del Gaudeamus pusieron fin al acto.
En nuestras páginas de libros, publicamos un poema inédito de Guillén y un comentario sobre su última obra que está concluyendo: Final (págs. 26 y 27).
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