La Europa del Este dispuesta a negociar con el Mercado Común
El Comecón, organizáción económica supranacional de los países socialistas, se propone solicitar nuevas conversaciones con la Comunidad Económica Europea (CEE) con vistas a una hueva serie de acuerdos comerciales. El vicepresidente del Gobierno polaco y actual presidente de la comisión ejecutiva del Comecón, Kazimierz Olszowski, ha entregado al embajador británico en Varsovia una nota en la que se formaliza esta petición al organismo de Europa occidental.El sábado pasado concluyó en Moscú una sesión de tres días celebrada por la comisión ejecutiva del citado organismo socialista y en ella, según Pravda, se decidió «dar nuevos pascís hacia una mayor aproximación» entre los dos bloques económicos. Por su parte la CEE, tras largas vacilaciones, anticipó en noviembre pasado su disponibilidad a nuevos contactos, aunque todavía no piense en acuerdos a nivel de bloques, lo cual implica una resistencia aún no vencida a reconocer al Comecón como realidad organizativa.
Los países socialistas, por su parte, parecen encontrarse ya en situación de superar la crisis de 1974 y 1975 durante la cuál contrajeron una deuda de 9.000 millones de dólares al adquirir gran cantidad de maquinaria nueva, que ahora empieza a amortizarse. Esto lleva a pensar a los occidentales en que se incrementarán rápidamente las exportaciones de los países del Este europeo. Sin embargo, la deuda de los Gobiernos socialistas se ha situado, a finales de 1976, en los 35.000 millones de dólares, de los que 8.000 corresponden a la URSS, 5.000 a Polonia y 3.000 a la RDA. La superación de estas deudas mediante un incremento de las expo rtaciones a Occidente podría ser el primer objetivo de la oferta presentada ahora por el Comecón.
Críticas albanesas
Coincidiendo con los deseos del Cornecón de negociar con la Europa occidental, Albania, país próximo a las posiciones chinas, difundió ayer un texto a través de la agencia de noticias Aja en el que acusa a la Unión Soviética de llevar a cabo una política colonial en el seno del Comecón, obligando a sus aliados a comprarle maquinaria entre 1,4 y 2,1 veces más cara que en Occidente. Cita, además, el caso concreto de Checoslovaquia, que compra a Moscú el petróleo un 3.0% más caro, que provoca la bancarrota en 75 empresas nacionales.
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