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Kissinger aconseja a Carter evitar "batallas dialécticas" con la URSS

En su primera intervención pública desde que abandonara el Departamento de Estado, Heriry Kissinger advirtió ayer a la nueva Administración norteamericana que debe evitar «batallas dialécticas» con la Unión Soviética sobre la limitación de armas nucleares y preocuparse más de la invasión del Zaire, que sería imposible sin el apoyo de Moscú.Kissinger, que fue contratado por seis meses por la Universidad de Georgetown, en la capital fede ral, pronunció ayer su primera conferencia sobre temas de seguridad nacional y política exterior. Durante su intervención, el ex secretario de Estado dijo que las negociaciones con los rusos sobre limitación de armamento eran algo complejo y lento, pero que la aten ción de Washington debía centrar se más en los «avances geopolíticos» de la URSS, producidos bajo la cobertura de la distensión y la coexistencia pacífica.

Para el hombre que durante ocho años fue el ejecutor absoluto de la política exterior de Estados Unidos, está claro que la invasión de Zaire por ex soldados katangueños no podría haberse producido sin el apoyo material o, por lo menos, la aprobación de la Unión Soviética, tanto en el caso de que existan realmente tropas cubanas entre los invasores, como en el contrario.

Kissinger calificó de «peligro precedente» la situación en el Zaire y dijo que un guerra catastrófica en Suráfrica llegaría a tener profundas implicaciones para Estados Unidos y que en el caso de que la comunidad internacional llegue a aceptar tácitamente las violaciones armadas de los límites fronterizos entre Estados soberanos, más pronto o más, tarde, los acontecimientos quedarían «fuera de control».

Aunque el antiguo secretario de Estado repitió en varias ocasiones que la nueva Administración necesitaba el apoyo de todos los norteamericanos, también introdujo en su conferencia algunos comentarios críticos hacia la política del presidente Carier. Concretamente, Kissinger se mostró partidario de una negociación seria con Moscú, sin gastar energías en «enfrentamientos dialécticos», en una clara alusión a las declaraciones de Carter sobre los derechos humanos en la URSS. Al referirse a los derechos humanos, tema prioritario de la política exterior del nuevo presidente, Kissinger concedió que era éste un tema legítimo para ser discutido a nivel internacional, pero recordó que el esfuerzo norteamericano debe dirigirse al mosaico completo de sus objetivos políticos.

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