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Reportaje:

La Organización Nacional de Ciegos no favorece la integración social

El encierro, desde la tarde del lunes, de unos cincuenta estudiantes ciegos becarios de la ONCE (Organización Nacional de Ciegos de España) como protesta por haber sido excluidos ellos y otros sectores de ciegos de las listas electorales que elegirían a los representantes que, junto con el Gobierno, abrirían un proceso de modernización de la institución, ha puesto nuevamente de relieve los problemas de esta organización, que agrupa a casi 30.000 invidentes, sobre todo en lo que a estructuras participativas se refiere, aunque tampoco se ha de descartar el problema de fondo de la integración del ciego en la vida social.Los estudiantes de Derecho, Filosofía, Ciencias Exactas y Fisioterapia se habían encerrado en los locales de la Delegación Provincial el sábado pasado como protesta porque no se había permitido a estudiantes, pensionistas, padres de ciegos y profesionales participar en las elecciones para compromisarios y representantes de la ONCE. El tema quedó resuelto ayer, tras la entrevista que los estudiantes mantuvieron con el director general, de Asistencia Social, Gabriel Cisneros. «Inicialmente -nos dijo Gabriel Cisneros- el proceso electoral para reestructurar la ONCE se había concebido para sectores más limitados, pero ahora los cauces se han ensanchado, de manera que los estudiantes y los profesionales van a poder participar. También se va a estudíar la participación de los ciegos pensionistas, padres de alumnos ciegos. »

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La ONCE se rige por el decreto fundacional del 13 de diciembre de 1938 por medio del cual el Estado encomienda en exclusiva a la organización la solución de todos los problemas de los ciegos españoles y le confía, también en exclusiva, un recurso de financiación estatal: la venta de cupones. Esta fecha es recogida por un folleto de la ONCE, editado en el veinticinco aniversario, como «día histórico y trascendental, pues en él se resolvió de una vez y para siempre el problema de los ciegos españoles».No parece que se haya cumplido este vaticinio, a juzgar por los problemas que en el último año surgieron entre los mismos miembros de la ONCE. Protestas, huelgas, negociaciones, reivindicaciones, peticiones de democratización de la oreanización, problemas laborales y financieros, sanciones y otros aspectos críticos han planteado de nuevo el problema del minusválido físico y su integración en la sociedad a la que pertenece como cualquier otra persona, a la vez que han ayudado a poner en tela de juicio los medios (políticos, financieros y sociales) de los que se sirve el Estado para llevar a cabo esta integración.La venta de cupones, que suponen 14.000 millones de pesetas de recaudación al año, es la principal fuente de financiación de la ONCE. Llega a constituir, según el jefe nacional, señor Jiménez Albéniz, el 99 % de los ingresos. En esta venta se integran aproximadamente unos 12.000 ciegos. El resto de los invidentes ocupa puestos como funcionarios, asesores, técnicos, empleados, estudiantes, pero en menor número.

En opinión deljefe nacional de la ONCE, los recursos económicos derivados de la venta de cupones son suficientes. Sin embargo, el presupuesto inicial de este año se ha cerrado con un déficit inicial de unos cincuenta millones de pesetas debido a que se han concedido mayores remuneraciones, que no estaban previstas, a los funcionarios y vendedores de la ONCE. Este déficit únicamente se ha de cubrir con el incremento de la venta de cupones, ya que la ONCE no dispone de otro medio de financiación tan poderoso como el de la lotería.

Del dinero de la venta de cupones han surgido los centros de educación especial de invidentes (formación profesional, fisioterapia, telefonía), colegios de ciegos, formación de ciegos adultos... De la misma fuente de ingresos se derivan todas las acciones asistenciales (subsidio de enfermedad, vacaciones, servicios médicos gratuitos...).

«El Estado -insiste el señor Jiménez Albéniz- ha creado la ONCE y le ha dado un medio de recursos económicos propios (venta de cupones). La Organización Nacional de Ciegos le resuelve todos los restantes problemas inherentes a los ciegos. Este recurso financiero es suficiente.»Pero el problema no se centra sólo en la venta de cupones como recurso financiero, sino también en la validez social de esa figura, si ese sitema puede calificarse como vejatorio y propio de un país subdesarrollado. El director general de Asistencia Social, Gabriel Cisneros, cree que este sistema no es propio de un país subdesarrollado. «Aunque no sea el sistema ideal, lo tendremos que adoptar mientras no tengamos otro mejor.» «Ciertamente no es satisfactoria la imagen de un ciego vendiendo cupones, pero es esta imagen más satisfactoria que la de un ciego encerrado en su casa. »

Gabriel Cisneros, tras examinar los sistemas antagónicos de tratamiento del problema de los ciegos, educación especial y empleo especial del ciego en los países socialistas y pensión de invalidez en los países occidentales, se ha referido al sistema español como distinto a ambos. «En España el Estado ha confiado a los ciegos un sistema de financiación típicamente estatal; por su parte, los ciegos pueden ejercer una serie de funciones sociales incluso mejor que otros ciudadanos. »

No obstante y de cara al futuro, el director general de Asistencia Social cree que «la ONCE está necesitada de unos planteamientos más sociales y agresivos, de manera que el ciego pueda integrarse más ampliamente profesionalmente en la sociedad de su tiempo.»

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