Investigación submarina en busca de recursos

Un grupo de científicos norteamericanos ha descendido a 2.700 metros bajo la superficie del mar, en el océano Pacífico, para explorar y obtener muestras de unas erupciones de agua rica en minerales, a gran temperatura. La expedición podría haber sido planeada por Julio Verne, quien describió multitud de realizaciones científicas que hoy son realidad.

El vehículo empleado en el descenso submarino ha sido especialmente diseñado para ello. El área a cuyo estudio se está procediendo es una zona de la grieta de los Galápagos, 360 kilómetros al nordeste de las islas Galápagos.

El agua que se extraiga será probablemente mucho más caliente que el agua de la superficie del mar, aunque no puede hervir, a consecuencia de las grandes presiones existentes donde se produce la irrupción.

Por razones de seguridad, el submarino, que se mueve lentamente, pero que es muy maniobrable, no permanecerá mucho tiempo junto al agua caliente. Se trata de un recipiente esférico de menos dé dos metros de diámetro donde se acomodan un piloto y dos científicos. La experiencia es la coordinada por el doctor John B. Corliss, de la Universidad de Oregón. La esperanza de los investigadores es, en palabras de sus promotores, encontrar recursos, ya que «la actividad submarina hidrotermal puede ser considerada como una considerable fuente de energía de nuestro tiempo».

La búsqueda de ciertos materiales es otro de los objetivos básicos de la exploración. Cierto número de geólogos cree que existen depósitos de valiosos minerales como cobre, oro, plata, estaño y otros.