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La "comisión triIateral" núcleo de la política exterior norteamericana

La creación de un sistema internacional renovado se presenta como la principal meta del Gobierno Carter en política exterior. Para llevar a cabo este programa, la Administración demócrata cuenta, con la ayuda de la comisión trilateral una asociación de políticos, universitarios y financieros que tiene a dieciséis de sus miembros en el nuevo Gobierno norteamericano.

Los principales puntos para una revisión de la política internacional de Washington. se, encuentran detallados en un informe elaborado hace unos meses por dos miembros de la comisión trilateral, que ahora ocupan puestos de responsabilidad en el Gobierno Carter. Zbigniew Brzezinski, consejero para asuntos de Seguridad Nacional del presidente, y Richard Cooper, ayudante del secretario de Estado para Asuntos Económicos, prepararon dicho informe, que será publicado en marzo, pero cuyas líneas generales reveló ayer el diario de Boston The Christian, Science Monitor.

La adopción de directrices comunes en política exterior por parte del mundo trilateral (Europa, Japón y Norteamérica), así corno la atribución de un mayor papel a las instituciones internacionales en los problemas relacionados con la paz mundial, el medio ambiente, el hambre y la interdependencia económica, son las metas básicas que deben ser alcanzadas, según el informe.

Después de señalar que ninguno de los problemas básicos que preocupaban al mundo en la primera, mitad de los años 70 ha desaparecido, Brzezinski y Cooper predicen que el mayor problema en el futuro será la interdependencia entre naciones soberanas, que a menudo persiguen políticas individuales contradictorias. Sólo cediendo una parte de esta soberanía nacional se podrá conseguir el bienestar del mundo, afirma el estudio de la comisión trilateral.

Una estrecha alianza en lo político y en lo económico entre los tres polos del mundo desarrollado, haría posible la. creación de un frente común ante el Tercer Mundo y ante, el bloque socialista, según los autores del informe, que piden también una política más generosa hacia los países subdesarrollados.

La reestructuración de las instituciones económicas internacionales, tema urgente para la comisión, pasaría por una profunda reforma del Fondo Monetario Internacional (FMI), que le convertiría en un Banco Federal de Reserva para la economía mundial. El FMI tendría la función de apoyar a los bancos nacionales, especialmente a los de los países en vías de desarrollo, en tiempos de crisis, así cómo la de canalizar la ayuda al Tercer Mundo, hasta conseguir que se cubrieran, por lo menos, las necesidades básicas de la población.

El problema de fondo que preocupa, tanto a los trilateralistas como a los dirigentes norteamerica nos, es el nacimiento de una política de independencia en Europa, que podría ser seguida por Japón, en un futuro breve. El Mercado Común, se asegura, pavece inclinarse progresivamente hacia una política nacional, y a distanciarse de Norteamérica.

Esta posible disgregación del mundo trilateral significaría, a más o menos largo plazo, el fin de la prosperidad de las democracias industriales y una amenaza para su seguridad militar.

Aunque aún es pronto para comprobar hasta qué punto este y otros estudios de la comisión trilateral servirán de rnanual político al presidente Carter, los primeros indicios parecen ya suficientemente indicativos de una coincidencia total entre los puntos de vista mantenidos por la comisión y los de la nueva Administración demócrata.

Por supuesto que todos los miembros de la comisión trilateral elegidos por Carter para cargos de responsabilidad en su Gobierno dimitieron como socios de este singular club que creara en 1.973 David Rockefeller para agrupar a las elites políticas y financieras de Europa, Japón y Norteamérica. Pero lo realmente significativo es que dieciséis altos fun.pionarlos del nuevo Gobierno americano, entre ellos el presidente, el vicepresidente y cuatro cargos a nivel ministerios hayan sido miembros de la comisión.

La necesidad de reforzar el mundo trilateral fue uno de los grandes argumentos desarrollados por Jimmy Carter, antes incluso de ganar las elecciones. Una vez en la Casa Blanca, su primera acción en política exterior fue enviar a Mondale a visitan a los líderes de Europa y Japón.

Y una prueba más de la influencia que el pensamiento de los trílateralistas va a tener en la política exterior de Estados Unidos nos la da el hecho de que de los dieciséis miembros de la comisión que hay actualmente en el Gobierno d.e Washington, diez de ellos están en el Departamento de Estado, comenzando por el propio secretario.

Desde el embajador en la ONU, Andrew Young, hasta el negociador con Panamá, Sol Linowitz, pasando por el director nominado de la Agencia de Control de Armamento y Desarme, Paul Warnke, y por el representante norteamericano, en la Conferencia sobre Derecho del Mar, Elliot Richardson, hasta llegar al nuevo embajador USA en Italia, Richard Gardner, todos estos hombres han sido socios de la comisión trilateral.

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