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Entierros de los abogados laboralistas

Bajo una lluvia de claveles fueron enterrados Sauquillo y Valdelvira

A las seis de la tarde fueron inhumados, en el cementerio de Carabanchel, los cadáveres de los abogados Francisco Javier Sauquillo y Enrique Valdevira, en medio de un gran silencio millar de personas que presenciaron, algunos puño en alto, el descenso de tos ataúdes, mientras sobre sus cabezas volaban numerosos claveles arrojados sobre la tumba.

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Desde algunas horas antes del sepelio, fuerzas de la Guardia Civil y de la Policía Armada se habían estacionado en las inmediaciones del cementerio, permaneciendo en la zona durante todo el acto, sin que llegaran a intervenir. Poco antes de las seis llegó la comitiva fúnebre, precedida por varios furgones que trasladaban las coronas de flores. La presencia de la comitiva fue acogida a la puerta del cementerio con aplausos y puños en alto.En primer lugar fue inhumado el cuerpo de Francisco Javier Sahuquillo. Un sacerdote tomó la palabra e indicó que por deseo de los familiares iba a rezar un responso. Pidió a los asistentes, creyentes y no creyentes, que estuvieran unidos durante el mismo, como lo estaban por la libertad. Finalizado el padrenuestro, que fue seguido por muchos en silencio y puño en alto, el féretro fue bajado a la fosa, mientras eran lanzados numerosos claveles sobre la misma.

Cuando la familia Sauquillo abandonaba el lugar, Simón Sánchez Montero, del ejecutivo del PCE, dirigió unas palabras a los asistentes en las que señaló que los que habían asesinado a Javier y a los demás querían provocar una España ensangrentada. «Nosotros -dijo- no queremos una España ensangrentada, en lucha fratricida. Queremos una España libre y alegre. El mayor homenaje que podemos rendir a los muertos es salir de aquí con el mismo orden que a la llegada y dando el mismo ejemplo que hasta ahora hemos dado.» Sus palabras fueron aplaudidas y alguien gritó ¡Viva España!, siendo coreado por parte de los asistentes. A continuación fueron inhumados los restos del abogado Enrique Valdevira, sin responso, y entre el silencio de la multitud, que arrojó también claveles sobre la tumba.

Finalizado el sepelio, los asistentes empezaron a abandonar el lugar en silencio y en perfecto orden. El decano del Colegio de Abogados, Antonio Pedrol, llegó entonces y dio el pésame a los familiares tras saludar al señor Sánchez Montero. Durante cierto tiempo continuaron llegando personas al cementerio con coronas y ramos de flores, que depositaron ante las tumbas, quedando éstas prácticamente cubiertas de flores.

Las fuerzas del orden que vigilaban el lugar no intervinieron en ningún momento. Un helicóptero sobrevoló la zona durante'el sepelio.

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En la Almudena

Alrededor de 8.000 personas se reunieron en el cementerio de Nuestra Señora de la Almudena, donde ayer recibió sepultura, a las seis de la tarde, Angel Rodríguez Leal, auxiliar del despacho de abogados de la calle Atocha. Otra gran cantidad de personas acudió al cementerio civil, pensando equivocadamente que sería enterrado allí.

La fuerza pública quedó en las inmediaciones del cementerio. No se produjeron incidentes.

El cadáver quedó albergado en un nicho de la zona de ampliación. A la entrada del cementerio fue rezado un responso por el sacerdote del cementerio. Los familiares del fallecido no descendieron del vehículo en que viajaban «por estar agotados», según manifestaron.

Cuando el cortejo fúnebre llegó al lugar destinado para dar sepultura al féretro, éste fue llevado a hombros unos metros, mientras numerosas personas cantaron La Internacional. Otras rogaron que se mantuviera el silencio que había presidido toda la jornada. Se expresaron algunos gritos como No os olvidaremos, Venceremos y Descansen en paz los defensores del pueblo.

La llegada del féretro junto al nicho y su colocación en el mismo fueron coreados por fuertes ovaciones.

Marcelino Camacho, en nombre de la Coordinadora Sindical de Comisiones Obreras y del Partido Comunista de España pronunció unas breves palabras, aludiendo a que la víctima había muerto «por la libertad, la democracia y el socialismo».

Posteriormente se depositaron las coronas de flores y la masa de asistentes salió del cementerio.

Un helicóptero circunvoló la zona durante el tiempo transcurrido.

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