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Intelectuales húngaros se unen a la protesta política en el Este

La contestación política en Europa del Este no remite a pesar de los interrogatorios y medidas represivas a que están sometidas las figuras más conocidas de la disidencia en la Unión Soviética, Polonia y Checoslovaquia. Además, en las últimas horas, un grupo de escritores húngaros ha hecho público un manifiesto en el que rechazan la política oficial del sistema y la consideran desprovista de respeto por los derechos cívicos. Todo parece encaminado a lograr un frente de protesta en el Este cara a la próxima cumbre de Belgrado.

VIadimir Albrech, responsable de Amnesty International en Moscú yadjunto al responsable de este organísmo en la URSS, Andreí Tverdoklebov, condenado a cinco años de trabajos en Siberla, fue interrogado ayer por agentes de la policía secreta en relación con la expíosión del Metro de Moscú el pasado día 8.Albrech es el segundo disidente soviético interrogado por este rnotivo en las últimas 48 horas. Con anterloridad lo fue VIadimir Ruhtsov, amigo de la familia Sajarov. En un comunicado del premio Nobel de la Paz emitido el pasado martes se decía que las autoridades soviéticas pretendían, con estos interrogatorios, hacer recaer la responsabilidad de la explosión sobre los disidentes, pero el mismo Sajarov pensaba que se trataba de un acto provocado para endurecer la Postura oficial contra los disidentes, opinión que desde Occidente han ratifícado Pliuch y Bukovski..

Mientras tanto, en Checoslovaquia, la Carta 77 parece contar con apoyo entre la población. El pasado día 17 se supo que en la fábrica Skoda,de Pilsen, sólo firmaron una carta condenatoria de los disidentes trescientos obreros de los 45.000 que trabajan en la fáctoría, y ayer, el Gobierno de Praga decretó que no podrán celebrarse reuniones esttidiantiles ni en la Universidad ni en otros centros docentes. También aver. Vaclav Havel (dramaturgo) y el periodista Jirl Lederer. firmantes de la Carta 77, han sido acusados respectivamente de subversión y tiffiamación de Checoslovaquia en el extranjero.

En relación con Polonia, cinco miembros del Comité de Apoyo a los trabajadores víctimas de la represión, Halina Mikoiaiska, Ludwik Cohri, Antoni Paida, Antoni Maciarewlez y Jerzy Andrejewski, se han negado a presentarse ante un tribunal para dar cuenta de la coilegalque el Comité, de veintidós miembros, viene organizando para ayudar a los trabajadores despedidos o encarcelados por su participación en las huelgas de Ursus y Radom.

En Hungría, donde la contestación política no se manifestaba desde hace dos años, ayer, una veintena de escritores, pertenecientes a la denominada Nueva Izquierda o afines a este grupo, declararon que los derechos fundamentales que se exiigen, tan sólo existen sobre el papel. La Nueva Izquierda, es un grupo de intelectuales cuya postura crítica se manifiesta tanto en una oposición el burocratismo y elitismo del sistema húngaro como a las medi,Jas capi talistas que se introdujeron en la reforma de 1968.

En fin, a la contestación política respondieron ayer Pravda y Tribuna Ludu, órganos respectilios de los PC de la URSS -y Polonia. El primero decía que los disidentes están apoyados por los enernigos de la distensión y el seg-undo que Occidente no cumple los acuerdos de Helsinki sobre el libre intercamblo de informaciones y personas.

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