Almacenamiento generalizado de patatas en España
Alrededor de 70.000 toneladas de patatas, cuyo valor en origen sobrepasa los quinientos millones de pesetas, según los precios actuales, no encuentran salida al mercado. Casi la mitad de la producción de la última campaña permanece en manos de los agricultores, que hace meses decidieron no entregarlas a los almacenistas, por considerar que los precios pagados por éstos no se correspondían con la favorable situación del mercado. (Los precios que rigen para el consumidor son, por término medio, el doble de lo que perciben los agricultores).En estos momentos, y a pesar de que se mantiene la demanda en el mercado interior -no ha habido excedentes de producción y los almacenes han vendido casi todos sus stoks-, se teme que las 70.000 toneladas de patatas se pudran definitivamente en los campos antes de mediados de febrero, fecha límite para su consumo. El Gobierno, por su parte, no ha permitido hasta ahora la exportación de este producto, que encontraría rápidamente compradores -y a precios más altos- en cualquiera de los países europeos.
Como consecuencia de esta medida que, según los agricultores, puede saturar en breve el mercado nacional, se prevé una reducción del número de hectáreas dedicadas a este cultivo, al igual que sucediera años atrás con la remolacha.
Idéntica situación de malestar se está produciendo entre los agricultores de La Puebla, en Palma de Mallorca, que durante la presente campaña dedicaron un 30 % más de extensión al cultivo de este producto, en espera de que la Administración hubiese cumplido la promesa efectuada el pasado mes de julio referente al permiso de exportación y que hasta el momento no ha sido cumplida.
Por tal motivo, un grupo de estos agricultores organizados en cooperativa, proyectan realizar una marcha autorizada de tractores sobre Palma para entrevistarse con el gobernador civil y expresar públicamente su descontento por el cierre de fronteras para la venta de la patata. Actualmente, unas 16.000 toneladas de patatas mallorquinas se encuentran almacenadas, con las consiguientes pérdidas económicas que ello ocasiona.
En otras provincias españolas, como es el caso de Logroño, el almacenamiento de patatas, en espera de que se produzca un mejor precio de mercado está creando delicadas situaciones a los agricultores.
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