La flota de arrastre de Ondárroa, también en paro

La flota de arrastre de Ondárroa permaneció ayer amarrada a puerto por segundo día consecutivo a causa de la huelga que llevan a cabo marineros y mecánicos. Ante esta actitud, los armadores de los 89 barcos decidieron en principio desenrolar, que tierra adentro equivale a despedir a los 1.400 hombres que forman la plantilla total de la flota.

El conflicto se debe a que tanto pescadores como mecánicos reclaman un sueldo fijo mensual que no esté sujeto a las fluctuaciones de las capturas. Los marineros exigen un mínimo de 35.000 pesetas al mes, que en el caso de los mecánicos mayores serían 70.000. 50.000 para los de primera y 40.000 para los de segunda.

A estas peticiones añaden también que los seis días de vacaciones que tienen al mes puedan disfrutarlos realmente, sustituyendo la fórmula actual que les permite tomar cuatro días de descanso y percibir una compensación económica por los dos restantes.

Los pescadores piden en definitiva que sus relaciones laborales estén regidas por un convenio colectivo que les garantice unos ingresos mínimos. Parece probable que en el estallido del conflicto haya influido el temor a que la extensión de las aguas jurisdiccionales a 200 millas puedan provocar una aguda crisis, pesquera de la que ellos serían los principales paganos en el caso de que sus ingresos dependan exclusivamente de las capturas realizadas.

Los armadores aseguran, por su parte, que los sueldos que actualmente perciben los trabajadores son sensiblemente similares a los que ahora piden y que en todo caso los ingresos de los marineros y mecánicos de Ondárroa son los más altos de la flota de arrastre de todo el país. Añaden, por último, que no cabe otra explicación al conflicto que su politización desde un primer momento.