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A pesar de sus temores, la OTAN seguirá negociando con el Este

El Consejo Ministerial de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), concluyó sus trabajos reafirmando, una vez más, su preocupación por la carrera de armamentos en los países del Pacto de Varsovia. Confirmó su presencia a la cita de Belgrado, en el verano de 1977, para la segunda fase de la CSCE (Conferencia de Seguridad y Cooperación Europea), y precisó la continuidad de las negociaciones Este-Oeste, con vistas a una reducción mutua y equilibrada de fuerzas en centroeuropa (MBFR), y la limitación de armamentos estratégicos (SALT II) entre USA y la URSS.

Henry Kissinger, en una conferencia de prensa, respondió no sin humor, a las múltiples preguntas de los trescientos periodistas que siguieron el desarrollo de la semana atlántica en Bruselas. Optimista sobre una próxima paz en Oriente Próximo, reservado en cuanto a la situación en África Austral y convencido de la continuidad de la política exterior USA, en la futura Administración Carter, el secretario de Estado norteamericano se despidió de la prensa especializada en temas de la OTAN.

España

Preguntado sobre España, Kissinger repitió las tesis conocidas, sin aportar ningún elemento nuevo. ¿El proceso democrático español acelerará la posibilidad de una entrada de España a la OTAN? ¿Molestará a los rusos la ampliación de la OTAN? Que pidan la entrada de Albania al Pacto de Varsovia, dijo Kissinger, sonriente. Para el actual jefe de la diplomacia estadounidense, no vale la teoría del desequilibrio entre OTAN y Pacto de Varsovia, en relación con la adhesión de España a la Alianza Atlántica. Hay que tener en cuenta la actual existencia de bases USA en territorio español. Una entrada de España no supone ninguna amenaza para la URSS ni modifica tampoco el statu quo entre el Este y el Oeste, en opinión de Kissinger.

La supervivencia de la humanidad depende del acuerdo entre el Este y el Oeste, declaró Kissinger. A pesar del potencial militar soviético, Kissinger estimó que hay bases para un entendimiento. Considera a China Popular como un elemento de equilibrio y centró sus esperanzas en la CSCE para un diálogo Este-Oeste.

Existen condiciones objetivas para creer que vamos hacia una paz negociada en Oriente Próximo, dijo Kissinger. Estados Unidos se opone con firmeza a una subida importante del precio del petróleo, repitió Kissinger. Recordó que la OTAN no hará ninguna declaración sobre el tema energético, pero que la Alianza y su seguridad se basan en unas economías prósperas que el incremento constante del precio del petróleo no puede poner en duda.

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Sobre su sucesor, a partir del 21 de enero, en la Secretaría de Estado, Cyrus Vance, Kissinger fue reservado. Dijo que merecía el apoyo del pueblo americano y esperaba que continuaría una política similar, en los grandes temas de las relaciones exteriores de Estados Unidos.

Kissinger se defendió, con ironía, de haber pronunciado su «testamento político» en su discurso de 45 minutos ante el Consejo de la OTAN.

Nadie excluye que Henry Kissinger pueda volver a la escena política internacional, como consejero especial de la futura Administración del presidente Jimmy Carter.

Para el secretario general de la OTAN, Joseph Luns, que comentó los doce puntos del comunicado final del Consejo Ministerial, la situación en Yugoslavia no fue objeto de deliberaciones en el seno de la OTAN, a pesar del enorme interés de la OTAN por la independencia y libertad del pueblo yugoslavo.

En lo referente al denominado eurocomunismo, que fue uno de los temas centrales del anterior Consejo Atlántico, celebrado en mayo, en Oslo, a pocas semanas de las elecciones italianas, Luns no quiso comentar cuál sería la actitud de la OTAN si los partidos comunistas de países europeos miembros de la OTAN llegan un día al poder.

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