Las "implicacions" de Xifra
La obra de Jaume Xifra (n. 1934. reside en París), que ahora expone la serie Implicacions en la Galeria G de Barcelona, se hace difícil de resumir en poco espacio. Por lo pronto, una llegada tardía al mundo del arte, tras la salida de su pueblo natal, en la provincia de Gerona. y varios años de trabajos eventuales. entre otros los de marino y mecánico. Los datos son importantes, pues Xifra decide dedicarse al arte -primeros estudios en 1961- el gaje de este contacto con la vida real lejos del mundo especializado de la vanguardia, se plasmará de manera decisiva en su obra.En sus cuadros-objetos, donde aparecen con frecuencia herramientas, se acentúa siempre el momento de posible participación. A diferencia de Duchamp -a quien Xifra le reconoce una deuda y una admiración sin límites-, los objeios cotidianos no están desposeídos de sus usos habituales. a fin de provocar una nueva percepción de ellos, sino que conservan su función original (las tijeras, los alícates, para cortar) y lo que se añade es un cierto desafío al espectador, que puede efectuar no la acción. Es evidente que no sólo el museo y la galería, sino que el marco mismo reprime tal posibilidad, y la pequeña e irónica venganza de Xifra es la de sugerir que sólo con la compra del objeto el espectador -que ha pasado a propietario- hará con ella lo que quiera. Por lo demás, su propuesta queda a nivel de idea, pero con una materialidad no exenta de simbolismo. Los utensilios son rojos en la parte por la que se cogen, por lo que se agarran: se enfatiza la posibilidad de acción; las alambradas -material que se repite con profusión- son siempre símbolo de frustración, un toque de atención a todas las agresividades e injusticias de nuestro mundo -ya sea la guerra, ya sea la incomunicación de la obra de arte: veáse el lienzo «barrado» por un tramado de alambre espinoso-.
Jaume Xifra
Galería G. Barcelona
Rituales
Este deseo de ampliar el marco de la audiencia de la obra artística ha llevado a Xifra a unas experiencias colectivas, ya sean de tipo fiesta o ritual, ya sean didácticas. En colaboración estrecha con Miralda, y, en ocasiones, con Beni, Dorothée Selz, Rabascall y otros analístas, se organizaron un tipo de celebraciones en las cuales el color, los vestidos, el itinerario, la música y el rito poseían idéntica importancia. En contra de una posible interpretación mística o mágica, Xifra insiste siempre en el carácter lúcido, liberador de esta especie de «pequeñas lagunas utópicas» sumergidas en el todo de la aliénación cotidiana. Insiste, además, en el hecho de suscitar un potencial creador existente en todos los individuos, y que sólo una división del trabajo como la de nuestra sociedad reprime constantemente. De ahí que las actividades de Xífra en las localidades francesas de Chalon y Montbeliard, en el marco de la Casa de la Cultura y del GRACAP, organización, que intenta descentralizar el arte, dinamizando la vida artística en provincias, posean para nosotros un especial interés, como una de las posibles incidencias «públicas» del artista en la sociedad.
Babelia
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