_
_
_
_

El ingeniero Fernández Casado, nuevo académico de Bellas Artes

«El ingeniero es el hombre tenso por deformación profesional. Por eso su mensaje es el del equilibrio, un equilibrio dinámico y orientado, horizontal y vertical. Para la dirección horizontal ha inventado el artificio del puente, y para el vertical, la torre», dijo Carlos Fernández Casado en su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, pronunciado el pasado domingo en la Real Academia Española. Su discurso versó sobre Estética de las artes del ingenieroEn la parte introductoria de su disertación se refirió a la tesis de incompatibilidad entre utilidad y belleza, impuesta hace siglo y medio por la revolución industrial, y la aparición de nuevos materiales, como el hierro, el cemento Portland, el hormigón armado y el pretensado. «La misión del ingeniero está en sacar la máxima utilidad posible de las cosas, y esta apetencia de utilidad es la que enderezó el homínido hacia homo faber primero, y después, hacia homo sapiens. Su voluntad está empeñada en el dominio ilimitado del mundo físico, para ensanchar progresivamente la base material en que se apoya la especie humana.»

Las dos artes del ingeniero corresponden a las máquinas y a la arquitectura, que se complementan con la visión interna de la producción de la obra, tomando el puesto del ingeniero que la realiza. Para tratar el punto de vista de la naturalización de la obra ingenieril analizó la figura de Eiffel.

«La obra del ingeniero desemboca necesariamente en el ámbito estético, donde ha de incorporarse a las cosas bellas, o a las cosas feas, sin poder quedarse neutra ante el dilema. A esto llega por dos líneas diferentes igualmente exigentes: la de la belleza natural, al acoplarse en la naturaleza, y la de la belleza artística como término de un acto poético auténtico igual que en cualquiera de las artes actuales.»

Luis Moya Blanco, en su contestación, se refirió a Fernández Casado en su actividad como ingeniero de caminos, dedicado especialmente a los puentes; como tratadista de la estética e historiador del arte, y como profesor. «Su entrada en la academia representa no sólo la aportación de una sabia investigación histórica, sino la alegría de recibir de nuevo el aire puro de la creación artística tal como fue en la arquitectura de otros tiempos, y esto debido paradójicamenta que sus obras están en la vanguardia de la técnica de hoy, hermanada con la estética de ahora y de siempre.»

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_