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Lopes Cardoso termina "su" reforma agraria

A nadie sorprendió en Portugal la dimisión del ministro de Agricultura, Lopes Cardoso. Desde hacía tiempo Cardoso mantenía relaciones muy tensas con el secretario general del partido y primer ministro, Mario Soares. Entre ambos había demasiados malentendidos y no pocas diferencias en la forma de interpretar el programa del socialismo portugués.Lopes Cardoso era uno dé los principales responsables de la «reforma agraria» que los sectores más incontrolados del proletariado agrario portugués habían apoyado en el Alentejo y en el Algarve, zonas tradicionalmente latifundistas. En menos de un año las dos regiones pasaron de la explotación feudal al socialismo autogestionario en versión «chilena». En menos de un año también el nivel de producción que ya de por sí no era muy brillante descendió espectacularmente, el paro se intensificó, la emigración a las ciudades se duplicó y los terratenientes... huyeron a Brasil.

En el Alentejo, la Unión Democrática Popular (maoísta) y el Partido Comunista de Cunhal ocuparon salvajemente, en menos de seis meses, miles y miles de hectáreas que pertenecían a los grandes señores de la tierra. Sólo una parte relativamente pequeña de estas tierras estaba cultivada con técnicas modernas aunque esto no sirvió para ahorrarles los rigores de la expropiación. Una vez ocupadas aquellas fincas, los nuevos comisarios políticos llegados de Lisboa o de Oporto, intelectuales exquisitos y radicales, impusieron un sistema de explotación que andaba a caballo entre el cooperativismo y la autogestión. Los mesías leninistas abandonaron después a los campesinos a su suerte y se fueron en pos de nuevas aventuras revolucionarias. Los efectos de aquellas batallas no se hicieron esperar: los campesinos que carecían de fondos para preparar y sembrar las tierras debieron vender primero los animales de tiro, después la escasa maquinaria y, por último la simiente. Seis meses después de la ocupación, las antaño tierras de labor no eran más que eriales agotados. En algunas fincas donde se empleaban hasta mil hombres quedaron doscientos. El resto fue empujado al paro o a la emigración.

Tanto en las elecciones legislativas como en las presidenciales se vio con claridad que la «reforma agraria» del Alentejo había inclinado la balanza hacia la derecha incluso entre aqueIlos sectores del proletariado rural que, desde. la remota época. salazarista se declaraban «comunistas», recordando tal vez la muerte de la santa marxista Caterina Eufemia.

Lopes Cardoso, formado en economía agraria en Francia y que había hecho sus primeras armas en Argelia, alentó desde el Ministerio de Agricultura las ocupaciones ilegales, en tanto que pretendía radicalizar la ley de Reforma Agraria que, tal como hoy se aplica, resulta totalmente inoperante, El radicalismo pequeño-burgués de Lopes Cardoso contrastaba con la política reformista del Partido Socialista y, poco a poco, él y sus amigos debieron situarse en el ala izquierda de la organización. Los comunistas que en sus épocas de dominación y prepotencia habían acusado a Soares de «fascista» y a Lopes Cardoso de reformista, se convirtieron entonces en los valedores del Ministro de Agricultura, lo que fue un sutil sistema para desacreditarlo ante su propio partido.

El congreso del PS y la supuesta «falta de discusión interna» fueron el pretexto utilizado por Lopes Cardoso para quitarse de en medio. Así se terminaba una de las aventuras más inútiles de la «revoluçao». Los expertos agrícolas alemanes y franceses aseguran que la recuperación económica. del Alentejo después de la gestión de Cardoso tardará al menos diez años.

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