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Los aparejadores y arquitectos técnicos piden socializar la profesión

El I Congreso de Aparejadores y Arquitectos Técnicos, que se celebró la semana pasada en Torremolinos, no ha alcanzado la calidad de «constituyente» como lo había planteado el sector más dinámico de la profesión, dado que las propuestas más avanzadas presentadas al mismo, que convertirían las actuales estructuras orgánicas y asociativas de la profesión en otras formas de defensa y asociación científicas, democráticas y federativas, no fueron aprobadas por el pleno, aunque por escasa superioridad.

Los 1.500 aparejadores y arquitectos técnicos que han asistido al congreso representando, efectivamente, a otros tantos por medio del voto delegado acordaron, sin embargo, elevar al Rey la petición de amnistía total para los delitos de intencionalidad política y laboral como premisa de reconciliación nacional. El congreso ha pedido además la derogación de la ley de Colegios Profesionales y la libre sindicación de los miembros, lo cual no supondría la desaparición de los colegios, si no que éstos deberían asumir la defensa de los intereses profesionales y sociales de la profesión.En líneas generales, los profesionales de este sector se han pronunciado en favor de una mayor socialización de la profesión, que exigirá entre otras medidas la del control de la incidencia del valor del suelo en la construcción, a fin de evitar las especulaciones en la comercialización y venta de las viviendas. A la consecución de estos objetivos ayudará un código de la edificación, elaborado con urgencia por los que componen la profesión, que definirá los niveles de calidad, las funciones y las responsabilidades en el correcto control de calidad.

Las conclusiones del congreso han puesto de manifiesto el desfase entre la estructura legal de la profesión, que contempla a los aparejadores como profesionales liberales o funcionarios, y las necesidades reales del sector productivo, más industrializado y atendido, sobre todo, por aparejadores asalariados. En este contexto se ha pedido la derogación de la ley actual de Colegios Profesionales y la revisión y modificación del resto de la legislación que hace referencia a la seguridad de la construcción y a otros ámbitos de este sector.

Para que la profesión sea independiente y con una proyección social más eficaz, los aparejadores y arquitectos técnicos entienden que deben perfeccionarse los métodos de enseñanza, dando un nuevo enfoque a la carrera, que debe alcanzar ya el rango universitario completo, es decir, los tres ciclos, con participación democrática de todos los sectores de la enseñanza, eliminando, como condición inherente, todo tipo de selectividad que suponga la interposición de trabas en el acceso a la Universidad y selectividad económica y social. La titulación desprendida de este tipo de estudios superiores estaría enmarcada en el campo de la ingeniería de la edificación.

Rechazo

En cuanto a las formas de ejercicio, se ha puesto de manifiesto que una gran mayoría de aparejadores y arquitectos técnicos que ejercen son asalariados frente a unos mínimos de funcionarios y a otro número, también pequeño, de liberales. Este proceso de salarización, que aparece como irreversible y que todavía se acentuará más en el futuro, rompe la homogeneidad profesional, y exige un replanteamiento a fondo de la actual colegiación, que no contempla los problemas de este sector mayoritario.El sector asalariado coincide en líneas generales con la facción más joven y dinámica de la profesión que es precisamente la que ha presentado las propuestas más avanzadas en orden a socializar y democratizar la profesión mediante la actualización de las estructuras orgánicas. Pero el pleno rechazó por algo más de un 50 % de los votos válidos (téngase en cuenta que los asalariados tienen menor capacidad económica y menos disponibilidad de tiempo para desplazarse al congreso, aunque hayan podido hacer en parte uso del voto delegado) las propuestas de una democratización real de las actuales estructuras que supondría un cambio profundo de estas estructuras y una sustitución del Consejo Superior de Aparejadores y Arquitectos Técnicos por un órgano federativo democrático.

El pleno también rechazó, por poco más de la mitad de los votos, la integración del asalariado en un sindicato de clase unitario, democrático e independiente y autogestionario que reconozca y articule operativamente las distintas nacionalidades y regiones que comprenden el Estado español. Para asesorar de alguna manera a los asambleístas interesados en la opciones sindicales actuales intervinieron, en sesiones adjuntas, delegados de los movimientos sindicales USO, UGT y Comisiones Obreras.

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