Reclaman sobre la situación de la siquiatría gallega

«El panorama siquiátrico en Galicia no sólo es deficitario sino que las condiciones de los enfermos mentales son, sin lugar a dudas, unas veces lamentables, inhumanas otras y generalmente de completa marginación respecto de otras ramas de la medicina» denuncia la Unon de Traballadores da Sanidade de Galiza (UTSG), grupo de carácter nacionalista.La misma organización señala que en tanto la Organización Mundial de la Salud recomienda de 1,5 a 3 camas por 1.000 habitantes en el Estado español hay una media de 1,32 y en Galicia solamente se llega a 0,73.

UTSG solicita que la Seguridad Social se haga cargo de la asistencia siquiátrica en Galicia y al propio tiempo pide que se esclarezca la situación del hospital siquiátrico del Rebullón, de la Diputación Provincial de Pontevedra; que se potencie el establecimiento con una política asistencial de acuerdo con las necesidades de la provincia y que se lleve a cabo un concurso público para la provisión de plazas en el mismo, bajo criterios científicos y facilitando contrato laboral a todos los trabajadores, que hoy no disponen de esa garantía.

La organización critica duramente la política llevada a cabo en el Rebullón, que ha empezado a funcionar recientemente después de pasar ocho años desde que la Diputación anunció el propósito de crearlo. En el establecimiento se ha enrarecido la situación y ya se rumorea que el director, -uno de los organizadores del congreso internacional de alcoholismo celebrado en Vigo- puede ser cesado próximamente.

Al margen del comunicado de UTSG, que denuncia la situación laboral de los trabajadores del Rebullon EL PAIS ha podido saber en otras fuentes que la Diputación está encontrando muy serias dificultades para cubrir las plazas de asistentes siquiátricos; el problema es tan grave que de continuar el actual ritmo de preparación de esos profesionales, a razón de 30 cada nueve meses, se tardaría entre ocho y diez años en poner a pleno funcionamiento el sanatorio, capaz de admitir a casi seis centenares de enfermos y que hoy sólo trabaja con menos de medio centenar de internados, aun cuando sus equipos médicos tratan a más de 300 externos.