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Polémico juicio contra una mujer acusada de adulterio

En la mañana de hoy, miércoles, en la Audiencia Territorial de Zaragoza se verá el juicio promovido contra una mujer zaragozana acusada de adulterio y para la que la acusación privada pide cinco años de prisión menor y 50.000 pesetas de sanción. La acusación privada, puesto que en casos de este tipo no interviene el ministerio fiscal, agota prácticamente las posibilidades de la máxima pena, toda vez que el Código Penal acota dichas sanciones entre seis meses y seis años de prisión menor.

La noticia de este caso, con bastante antelación al juicio, ha levantado ya una gran polvareda en los medios judiciales zaragozanos, así como entre las miembros de la Asociación Democrática de Mujeres Aragonesas, hasta el punto de que -como ya es noticia nacional- han redactado una carta que, suscrita por unas 1.100 personas de la ciudad -incluido el decano del Colegio de Abogados-, fue remitida al ministro de Justicia el pasado fin de semana. La mujer que hoy se sienta en el banquillo de los acusados se casó con un pintor en 1973, en condiciones que al parecer, no auguraban una sólida estabilidad conyugal (interferencias familiares, circunstancias absolutamente íntimas, etcétera). En efecto, la inestabilidad comenzó a hacerse evidente pocos meses después, lo que llevó al matrimonio a convenir capitulaciones. Algún tiempo después, ella, con el conocimiento del marido, viajó a Canarias con un amigo, circunstancia en la que se basa ahora la acusación para demostrar que hubo un delito de adulterio por medio. A la vuelta del viaje la acusada quiso hacerse cargo del hijo de ambos, extremo éste al que no accedieron los padres del marido y que llevó a la mujer a solicitar la nulidad del matrimonio por vía canónica. A su vez él, supuestamente asesorado en ese sentido por su abogado, decidió llevar el caso ante los tribunales, acusándola de haber cometido un delito de adulterio.

Marco jurídico discriminativo

La ADMA -que ha hecho suyo el caso como exponente de un contexto jurídico discriminatorio para con la mujer espanola- viene trabajando, desde su constitución «informal» (en el sentido de aún no legalizada) por la revisión del actual marco jurídico a través de los escasos medios a su alcance: conferencias, coloquios, comunicacion escrita semiclandestina.La ADMA viene accionando desde el convencimiento de que la mujer española, por el mero hecho de serlo, sufre una opresión y unas desigualdades específicas, reflejadas tanto en el ordenamiento jurídico como en la práctica social. Del mismo modo, a nivel ideológico, interpretan que se exalta y mantiene la concepción de la mujer como objeto sexual o ama de casa, relegándola a un papel de segundo plano en todos los órdenes, tomando como base para ello las diferencias de tipo biológico..

Por todo ello, y ante la inexistencia de un organismo a nivel de Estado que agrupe a todas las mujeres, se constituyó la ADMA que, según sus propios presupuestos, debe ser unitaria, interclasista, independiente de todo grupo político y democrática en su funcionamiento. De cara a conseguir su objetivo priontario -es decir, la plena igualdad de la mujer con el hombre- la asociación considera prioritario: la derogación de la legislación vigente que penaliza específicamente y de manera discriminatoria a la mujer, la derogación de la legislación civil que perpetúa la discriminación en razón del sexo, el reconocimiento de los derechos de las madres solteras, la igualdad de hijos legítimos y naturales, y finalmente, el derecho de la mujer a un puesto de trabajo sin ningún tipo de trabas.

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