Recuperación de una memoria
Si el tiempo traiciona o no ayuda a un poeta, por más torrente que allí hubiera, nunca llegará la canción de los meandros. Peor, todavía, si las circunstancias tampoco empujan. Tal fue el caso de Miguel Hernández, voz y vida, truncadas en sazón. Con todo, cuando la sangre es un reguero de centellas, la memoria colectiva recupera y hasta pule, como el agua, la imagen de sus hijos más entrañables Tal, también, la poesía de Miguel Hernández. Gran parte de sus poemas son ya «viento del pueblo» y sus obras están sometidas a estudios cada vez más intensos, como ocurre con el de Agustín Sánchez Vidal. Nos ofrece por primera vez una edición crítica de Perito en lunas y El rayo que no cesa.El estudio preliminar, aunque breve, es trabajo de especialista. Abarca en siete apartados toda la trayectoria poética de Miguel Hernández, fijándose, sobremanera, en los aspectos literario vitales que ofrecen las dos obras. Para solucionar los problemas inherentes a la primera -hermetismo y títulos-, establece el siguiente método: atender al conjunto de su obra. En la segunda introduce el análisis psicológico y en ambas atiende a la referencia biográfica. Acierto importante es el haberse fijado en la unidad formal. Estudia, primero por separado y después juntas, la sustancia y forma tanto del contenido como de la expresión. Y así, vemos que los nexos temático y métrico de Perito -la luna y la octava real, respectivamente- se corresponden con la exaltación de lo redondo: -«Tendencia de la naturaleza a cerrarse sobre sí misma para la consecución de sus actividades primordiales». Del soneto, en cambio -ya en El rayo-, dice Sánchez Vidal que pesa como una losa y no duda en calificarlo de represivo. Indudablemente, estas dos obras son el tributo escolar, digamos, que el apaga a los clásicos. Si en Perito todo resulta adecuado, me atrevería a decir que es por razones internas, señaladas por Sánchez Vidal: la adivinanza popular es el punto de engarce entre el gongorismo y él popularismo. Miguel Hernández participa de uno y otro en distinta proporción: aprendizaje en el primer caso y vivencia popular en el segundo. Ahora bien, cuando aborda el soneto resta solamente la primera parte. Sabemos de la escolaridad de Miguel por otros estudios de tipo formal. Pero no basta con aplicar la falsilla para escribir derechos. Sijé era consciente, y no creo que por razones fascistas, como quiere apuntar Sánchez Vidal -confundir rigor y fascismo es totalmente arbitrario-, de que en el soneto hay una estructuración dramática. Otra cosa es la explicación que de la misma nos da. Y el drama parece bastante elemental en gran parte de los sonetos hernandianos. Es aquí donde se echa de menos la continuación del análisis. Sería conveniente estudiar la tensión en el plano dela sustancia y de la forma, compararlas después y ver si el poeta se siente encarcelado entre las rejas del soneto.
Perito en lunas, El rayo que no cesa
de Miguel Hernámiez. Edición. estudio y notas de Agustín Sánchez Vidal Madrid. Editorial Alhambra, 1976.
Otro signo
Tras esta etapa, el autor analiza el resto de la obra. Aparece con otro signo a partir del conocimiento de V. Aleixandre y P. Neruda. A Sijé le sustituye éste en la orientación poética de Miguel Hernández. Ahora, la voz se despliega más a su aire y la expresión adquiere el tono debido, ya sea en metros cortos o largos, según predomine la vena popular o culta. Con Caballo verde para la poesía llega el verso libre, «cauce adecuado a la expresión de su mundo interior». Y en él, cabalgando a lomos de alazán o percherón, la solidaridad, de tanta trascendencia para la posterior poesía española. «Miguel Hernández ha salido de sus dos ensimismamientos: la naturaleza en su versión oriolana», Perito en lunas, «y el amor individualmente petrarquista», El rayo que no cesa, «y pasará, de modo lento pero seguro, a una naturaleza que engloba toda la patria (y posteriormente todo el cosmos)», Viento del pueblo, El hombre acecha, «y a un amor solidario y general a todos los hombres (que, también, rige el movimiento de los astros)», Hijo de la luz y de la sombra.Lo que comenzó siendo pueblo se acrisola en la herencia de los clásicos y torna al pueblo, en cuya memoria permanece. Tal la conclusión a que llega el estudio preliminar de A. Sánchez Vidal. Sus notas críticas ayudan enormemente al descifrado de las octavas reales de Perito en lunas y también, aunque en otro aspecto, a la formalización y desarrollo de El rayo que no cesa.
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