Asociaciones ciudadanas y autoridades locales, enfrentados con la Agrupación de Panadería

Varias asociaciones ciudadanas de Madrid han venido desarrollando, durante los últimos días, una fuerte campaña para conseguir el abaratamiento del pan suministrado hasta ahora como único proveedor, por la empresa Pancasa, propiedad de Emilio Alonso Munárriz y creada en el año 1964 con esta misma intención, según declaraciones de éste. A esta campaña son varios los expendedores de pan que se han unido, aunque la Agrupación Provincial de Panadería, presidida por Pedro Castro, se ha opuesto desde el primer momento a que la venta se realizase en las asociaciones.

Por parte de las autoridades, tanto el alcalde de Madrid, señor De Arespacochaga, como el nuevo gobernador de la provincia, señor Rosón se han mostrado partidarios de solucionar el problema del precio del pan cuanto antes, procediendo a una inmediata reestructuración del sector.La iniciativa fue tomada por la Asociación de Vecinos de Orcasitas, haciendo constar que su intención no era en ningún momento perjudicar a los expendedores minoristas del barrio, sino hacer que el pan bajase de precio en base a que los industriales redujesen sus altos beneficios.

El precio al que este producto se vende en las asociaciones es de dos pesetas más barato que en el resto de las panaderías. La barra de 320 gramos que habitualmente se vende a 14, los vecinos las conseguían a un coste de fábrica de 9 pesetas, más 0,40 céntimos por transporte de la barra y un 15 por 100 de comisión para el panadero. La pieza de 220 gramos se compra al fabricante a 6,50 pesetas, más 0,30 céntimos por el transporte y un 20 por 100 de comisión. Estos precios son los que las Asociaciones de Vecinos y Asociaciones de Amas de Hogar han tomado para demostrar que el pan se puede vender más barato.

Ante la postura del señor De Arespacochaga de otorgar licencias a todo el que las solicitase, varios expendedores de Madrid se reunieron para tomar una postura ante la situación. El resultado fue ir a la huelga, si en un plazo de 24 horas el alcalde no había resuelto la situación.

Medidas

Ante esta amenaza, el Gobierno Civil de Madrid dio un comunicado a la prensa en el que decía: «Ante un posible desabastecimiento de pan en la capital, el Gobierno Civil hace saber que se han adoptado las medidas necesarias a efectos de evitar cualquier irregularidad en dicho abastecimiento».El día 16, el alcalde de Madrid, el gobernador civil de la provincia y el presidente de la Agrupación de Panadería mantuvieron una reunión en la que se decidió definitivamente que no habría huelga de pan. A pesar de que el problema de el desabastecimiento de pan estaba solucionado interesaría saber cuántos panaderos habrían ido de verdad a la huelga, dato difícil de obtener debido a que los despachos en los que se vende este producto están divididos en tres tipos: los que son propiedad directa de los fabricantes, los despachos que funcionan gracias a una licencia concedida por la tahona de la que no es propietaria y un tercer tipo de establecimientos en el que siendo propietaria la tahona funcionan con el nombre del que sólo es vendedor como propietario.

Precio político

Las asociaciones ciudadanas que hasta ahora no habían adoptado una postura conjunta, clara y homogénea, celebraron ayer una asamblea en la que se señaló que esta situación era una guerra de desgaste en la que, de seguir vendiendo pan, en los locales de las asociaciones, éstas quedarían desacreditadas en el momento en que no pudieran abastecer de pan a las barriadas, debido a que Pancasa no puede suministrar más del 2 por 100 del pan que se necesita en Madrid. La solución que han decidido es continuar solicitando licencias para los barrios y simultáneamente empezar a preparar una manifestación, que tendría lugar a primeros de septiembre.Una comisión mixta decidirá si el pan pueden abaratarlo o no los fabricantes. En caso negativo, exigirían que el Gobierno pusiera un precio político al pan. Otra medida a adoptar sería el boicot total al pan un día concreto que aún está por decidir.