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Los incidentes frontenzos entre las dos Alemanias aumentan la tension entre Bonn y Moscú

, La iniciativa del Gobierno federal alemán de, promover en las Naciones Unidas un tribunal especial, encargado de vigilar la observación de los derechos humanos en todos los Estados miembros de la organización internacional, con el fin de acusar a la República Democrática Alemana (RDA), ha provocado airadas protestas no sólo en Alemania oriental, sino también en la Unión Soviética.El órgano del Partido Comunista de la URSS, Pravda, ha recriminado a Bonn la «provocación a lo largo de su frontera con otro Estado», la RDA. Para Bonn, las «acciones» de los policías fronterizos del otro Estado alemán constituyen casos flagrantes de lesión de los derechos humanos, contraviniendo además el espíritu de Helsinki. Es innegable que se ha llegado ya, en las relaciones entre Bonn y Moscú, a una especie de «circulo vicioso». Bonn acusa a la República Democrática Alemana de lesión de los derechos humanos por disparar contra «veraneantes», que ocasional y fortuitamente, según Bonn, penetran en territorio de la RDA.

El Berlín oriental, amparado por Moscú, responde con acritud, insistiendo en que quien «lesiona» la soberanía de un Estado es Bonn, como si en la capital federal se tuviera interés en incidentes como los ocurridos en las pasadas semanas.

En la República Federal se observa con sorpresa que la Unión Soviética se niegue, al parecer, a la constitución de un tribunal especial en defensa de los derechos humanos, inserto en las Naciones Unidas.

Ahora bien, el deterioro de las relaciones entre la RDA, la Unión Soviética y la República Federal de Alemania no bene ficia a nadie. Es posible, y hasta probable, como apuntan algu nos comentaristas, que la ini ciativa de constitución de un tribunal especial en las Nacio nes Unidas. se deba a los libera les de la RFA porrazones esen cialmente «electorales». A la postre, la campaña desatada en la RFA contra la República Democrática Alemana y Moscú no sería sino una campaña me ramente verbal con el fin de in fluenciar a una parte del electo rado. Sin embargo, el empeoramiento visible de las relaciones entre Moscú y Bonn abre nue vas perspectivas, nada favora bles, tanto para la República Federal como para la Unión Soviética.

En Bonn se teme que el Kremlin pudiera abrigar la esperanza de introducir una cuña entre los partidos socialistas occidentales y la socialdemocracia alemana. Para Moscú, las discrepancias con Bonn podrían tener consecuencias internas y además repercutir negativamente sobre la$ relaciones comerciales y el intercambio de tecnología. El hecho de que el Pravda se haya lanzado a una ofensiva contra Bonn, en defensa de las reivindicaciones del Berlín oriental, parece lógico en vista de la situación de interdependencia entre ambos Estados. No obstante, sorprende la dureza del ataque y la violencia del vocabulario empleado por el diario moscovita. Un vocabulario que recuerda fatalmente al usado en las fases más duras de la guerra fría.

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