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Reportaje:

Paralizada por falta de medios una investigación sobre la contaminación del Manzanares

«El alto grado de contaminación que presentan las aguas del río Manzanares a su salida de Madrid presenta una serie de problemas... Desde un punto de vista biológico se observa una gran alteración de las comunidades naturales del río Manzanares como consecuencia de los vertidos de aguas residuales de la población de Madrid que se extiende a los ríos Jarama y Tajo hasta Toledo, último punto de muestreo estudiado». Así se justificaba en su comienzo el trabajo que se comenzó a llevar a cabo en el año 1972, con el análisis de muestras tomadas en diversos lugares del río Manzanares: La China (a la altura del puente de la carretera nacional 602, después le haber recibido los vertidos de la estación depuradora de la China), Vaciamadrid (al margen izquierdo del río, aguas arriba del punto de anclaje del andarivel allí situado): Puente de Arganda (en la margen izquierda del Jarama a la altura del Puente Viejo de Hierro, antes de la confluencia del Manzanares); El Porcal; Puente del Tajuña; Puente de Titulcia; Puente Largo; Aranjuez; Barca de Añover; Toledo. La situación no puede ser más alarmante. Según el grupo de investigadores: «el gran caudal del río Manzanares, a la salida de Madrid, formado fundamentalmente por aguas residuales de la poblacion, con alta carga de gérmenes indicadores de contaminación, nos hace temer el gran peligro que supone el empleo de estas aguas, a pesar de su dilución con las del Jarama y Tajo».Los peligros descritos en el citado informe, cuya redacción encabeza el doctor en Ciencias Químicas Catalán Lafuente, integrado por José Cabo Román, doctor en Medicina; Josefina Morá Durán, licenciada en Ciencias Químicas; José María Arias Carrillo, licenciado en Ciencias Químicas; Concepción Becerril Moral, licenciada en Ciencias Geológicas; José Luis Velasco Díaz y Antonio Cabañas Díaz, licenciados ambos en Ciencias Biológicas; son unos riesgos reales e inminentes: «En el caso de empleo de estas aguas para riego, pueden ser causantes de la contaminación de productos destinados al consumo humano, especialmente hortalizas, y de la contaminación del terreno con la posibilidad de afectar a los trabajadores agrícolas».

«Son conocidos -continúan- los casos de anquilostomiasis en la vega regada por el canal del Jarama. También es interesante apuntar el papel que pueden jugar los insectos que se posan en estos terrenos como agentes transmisores de gérmenes patógenos. Conviene también destacar la peligrosidad de su empleo para uso doméstico, lavado de productos alimenticios o de utensilios en contacto con los mismos. Es interesante mencionar el caso publicado en la prensa, del lavado de verduras destinadas al consumo público con las aguas contaminadas del Jarama».

La investigación empieza

Así las cosas, el referido grupo de expertos se pone en marcha, trabajando como sección autónoma que son del Patronato Juan de la Cierva del Consejo Superior de Investigaciones Científicas: Sección de Contaminación y Depuración del Agua.Se tomaron muestras del agua en los sitios referidos, y en otros; publicaron informes, intentaron llegar a conclusiones. Pero los análisis se mostraron muy variables. Los investigadores lo explican por el hecho de que mientras «las aguas reciben efluentes municipales de un modo regular» los efluentes industriales son recibidos «de un modo esporádico». Por esta razón los análisis reflejan las variaciones debidas a la intermitencia de los vertidos».

Eso no impide el llegar a algunas conclusiones tanto en el análisis químico como en el bacteriológico. En resumidas cuentas, el río lleva de todo o de casi todo, con las más diversas y variadas oscilaciones en función de la fecha y lugar. Siguiendo, por ejemplo, la pista a ciertas bacterias indicadoras de contaminación fecal de las que el río Manzanares es portador en cantidad, se advierte que «la gran densidad de todas estas bacterias a la salida de Madrid acusa un descenso muy apreciable a lo largo de todas las estaciones de muestreo que recorren los vertidos de la capital, bien por autodepuración, ya por dilución con los aportes».

Pero el río no siempre puede depurarse solo: autodepurarse. Por ello, los investigadores llegaban entonces a aquellas conclusiones parciales que indicaban que «la cuenca fluvial Manzanares-Jarama-Tajo muestra a lo largo de su recorrido un gradiente respecto a la contaminación, con un máximo en la parte superior, que comprende al río Manzanares, desde su salida de Madrid (estación de La China y Vaciamadrid), y al río Jarama desde su unión con aquél hasta que cede sus aguas al Tajo (estaciones de Puente Largo y Titurcia).

Los datos cantan y, si bien la conclusiones no pueden ser definitivas, aunque el río Tajo experimenta una mejoría en los 37 killómetros que separan Barca de Añover de Toledo, en determinados muestreos se observa que este río tampoco es capaz de autodepurarse. «Normalmente esto ha coin cidido con épocas de lluvia intensa acompañadas de crecidas fuertes del caudal del río, que sin duda al remover la gran cantidad de sedimento orgánico depositado en su lecho, han aportado a las aguas una sobrecarga de materia orgánica en suspensión rebasando con ello su normal capacidad autodepuradora».

Final

Pero todas las historias tienen su fin. Y la de esta investigación también la tiene, lo cual no significa que el problema fuese resuelto sino que dejó de estudiarse. Al parecer, las dotaciones económicas que reciben organismos de investigación como la citada Sección de Contaminación y Depuración del Agua, del CSIC, no hacen posible este tipo de investigaciones y se opta por otras más rentables de modo inmediato. El. CSIC trabaja unas veces con dinero estatal y otras buscando apoyo en la industria. Cuando faltan los fondos para llevar a cabo ciertos programas, se cambia la orientación del grupo y se orienta hacia otros temas. Así se ha hecho.La investigación sobre la contaminación de nuestros ríos urbanos se dejó de lado a finales de año, y sobre todo desele marzo. Si bien siguen sin conocerse con precisión las causas y efectos contaminantes, es evidente. según la información de los investigadores, que «la degradación sufrida por los cauces del río puede definirse como catastrófica desde un punto de vista ecológico...» Por otra parte existe un peligro evidente desde el punto de vista sanitario que puede concretarse en la proliferación de mosquitos, sobre todo en la época estival, con los consiguientes riesgos y molestias para la salud de todos los habitantes de las zonas limítrofes; así como también en los malos olores y en el aspecto estéticamente deplorable de las aguas del río...

«Es razonable pensar -añaden- que las hortalizas y verduras que se consumen en Madrid, extraídas de las huertas localizadas en las vegas del Jarama y el Tajo, consumidas sin cocer en ciertas épocas del año (ensaladas), sean causa de enfermedades gastrointestinales tan frecuentes en la época veraniega así como de todas aquellas de transmisión hídríca». Pero, cuando un problema molesta o no es rentable, lo mejor es no profundizar.

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