Takeo Miki,
primer ministro del Japón, parece haber asimilado muy bien el pragmatismo norteamericano. Como regalo de cumpleaños, con ocasión del bicentenario USA, se ha presentado en Washington con tres millones de dólares en rama. Destino: la construcción de un auditorium en el John E. Kennedy Center. Miki agradeció al presidente Ford la contribución norteamericana a la instauración de una verdadera democracia en el Japón tras la derrota de la segunda guerra mundial. Hubo otro obsequio más poético: miles de cerezos para San Francisco, Los Angeles y Seattle, donde habitan muchísimos japoneses (que en su momento florecerán si la polución no lo impide).
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