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Reportaje:San Blas, hoy / 3

Ruina progresiva y promesas

El año 1974 registra un salto en el tratamiento vecinal colectivo, del problema de ruina progresiva evidenciada en San Blas I. Los vecinos, agrupados alrededor de la Asociación de San Blas-Simancas, inician una apretada vía de gestiones, a todos los niveles que están a su alcance, para dar a conocer sus problemas y arrancar una madeja de soluciones de los organismos responsables

Como informábamos en el capítulo anterior, la polémica entre los vecinos de la Colonia de San Blas I y la Obra Sindical del Hogar, responsable de la edificación, penetra en el marco jurídico tras una serie de etapas durante las cuales el vecindario considera insuficientes las propuestas formuladas por la Obra.Se acude al juzgado municipal número 9 de los de Madrid, donde se celebra un juicio de conciliación en febrero de 1974. Concluye sin avenencia, pero la Obra Sindical del Hogar reconoce su responsabilidad por los defectos de construcción y estima necesario reparar o demoler la totalidad de la colonia. Dos meses después - según se pone de manifiesto en el «Libro Negro de San Blas l» recientemente editado por la Asociación de Vecinos de la zona y que tomamos como eje básico de esta serie de capítulos - se celebra otro acto conciliatorio y se atribuyen los defectos de construcción a la existencia de arcillas expansivas en el subsuelo de la zona edificada.

Previamente, un informe de varios arquitectos dictaminaba que los errores eran de construcción.

Hasta octubre de 1974 prosiguen las gestiones privadas y colectivas del vecindario, sin resultado. En este mes se produce un nuevo agrietamiento, calificado,de grave por los técnicos, intervienen los bomberos y los moradores de uno de los bloques han de desalojar sus viviendas. Los organismos vecinales -que desde el principio de los hechos tomaron la iniciativa de gestión del problema - no encuentran facilidades para reunir al gran número de vecinos que acude a sus locales y se celebra una asamblea en plena calle, frente al bloque siniestrado por las grietas. Mayoritariamente se acuerda no pagar la renta en tanto la Obra Sindical no arregle los defectos y se decide presentar un escrito sintético del problema de San Blas I ante el Director Provincial de esta entidad.

Posteriormente se produjo una manifestación de un millar de vecinos que esgrimían pancartas y coreaban que no se pagara la renta, al tiempo que reclamaban la unidad del vecindario. Intervino la fuerza pública y algunos retenidos fueron puestos en libertad.

Al poco, los informes técnicos han cifrado en más de dos centenares el número de viviendas directamente afectadas por la eventualidad de ruina y en el escrito que una comisión de vecinos presenta ante al Director Provincialde la Obra Sindical del Hogar se recogen estos datos, admitidos por el funcionario; adelanta que se desalojará a doscientas cincuenta familias para proceder a la reparación, sin riesgos, de los bloques dañados. Además, el director asegura que el administrador de la obra sería apartado de su puesto.

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Paralelamente, la comisión ha pedido al señor Ruiz Pinedo responsable provincial de la Obra Sindical, que informe personalmente a los vecinos de San Blas I, pero desestima esta oferta por entender que el grado de tensiones no era el idóneo. La mañana siguiente registró una densa afluencia de vecinos y fuerzas policiales ante el solar siniestrado, si bien la Policía autoriza que Antonio Villanueva, Presidente de la Asociación de Vecinos de San Blas-Simancas y miembro de la comisión que el día anterior había visitado a Ruiz Pinedo, informe públicamente, en la calle, a los casi 1.500 habitantes de San Blas I que acuden a conocer el resultado de las gestiones.

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