Dieciséis audiciones en el otoño musical barcelonés
Con una oportuna antelación ha sido publicado el pliant que resume un avance de lo que será el próximo Festival Internacional de Música de Barcelona que reúne 16 audiciones a celebrar durante el mes de octubre venidero. La Ciudad Condal ha contado desde 1963 con unas importantes semanas otoñales de conciertos que promocionó con un ímpetu verdaderamente generoso el grupo de Juventudes Musicales apoyado con relativa largueza por el Ayuntamiento, sobre todo desde que la Asociación Europea de Festivales de Música reconoció el de Barcelona como lo había hecho con los de Granada y Santander
Pero de un año para otro, este ambicioso empuje de Juventudes Musicales se vio afectado por una progresiva descompensación entre su empeño sujeto a un alto presupuesto y la problemática de su financiación, hasta que el año pasado este desequilibrio se agudizó y el festival fue suspendido apenas iniciado, gravitando en este colapso varias circunstancias negativas, no siendo la menor decisiva el enrarecido clima ciudadano que por factores políticos se produjo a principios de octubre y que ocasionó un retraimiento general del público con el que se contaba. Los primeros conciertos del 13 Festival -número fatídico- se celebraron con una asistencia irrisoria, lo que precipitó el drenaje total de los tres millones de pesetas que el Ayuntamiento había presupuestado como ayuda a la totalidad del certamen.En vista de esto, posteriormente, el consistorio decidió el trasvase de su aportación a otra entidad para la organización del Festival de 1976, lo que ha dado lugar en el mundillo musical barcelonés y durante todo el invierno, a un seguido de tensiones, a una verdadera guerrilla de nervios, a un intercambio de recriminaciones y de violencias entre Juventudes Musicales -que siguen detentando la exclusividad en la nominación cronológica del Festival; el que hubiese sido el XIV Festival Internacional en Barcelona, reconocido por la Asociación de Ginebra- y Forum Musical, organismo promotor de conciertos que ha conseguido afirmarse como responsable del que será el Festival Internacional de Barcelona, sin cita cronológica.
Desde un punto de perspectiva un poco alejado, esta situación puede parecer de alcance puramente doméstico, aunque no merezca esta limitación. Barcelona no puede contar más que con un restringidísimo apoyo del Estado para el desarrollo de sus empresas musicales que tiene que financiarse autárquicamente, salvo por lo que ha aportado hasta ahora la Comisaría de la Música a los últimos festivales, por lo general la contratación de alguna gran orquesta extranjera para dos conciertos y la cesión de los beneficios obtenidos por el taquillaje. Los problemas de la actividad musical ciudadana alcanzan, pues, una dimensión que depasa el ámbito local o regional y nadie puede dejar de concederles una real y absoluta importancia.
Al margen de todo, el Festival Barcelonés está en marcha y se anuncia con una serie de acontecimientos cuya enumeración dará idea de su valía: tres dobles conciertos sinfónicos de la orquesta de la ciudad (el inaugural y el de clausura), dirigida por Gilbert Amy y Ferenc Szekeres, de la Orquesta Sinfónica de Viena con el excepcional Carlo-María Giulini y de la Orquesta Nacional con su titular Rafael Fruhbeck; dos dobles conciertos de la orquesta portuguesa de la Fundación Gulbenkian y de la Academy of St. Martí-in-the-Fields; recitales del pianista Bruno Gelber, del conjunto de música antigua Ars Musicae; una sesión de Música-perspectiva del laboratorio de música electrónica Phonos, otra sesión dedicada a las obras del compositor Olivier Messiaen, con la presencia de él mismo y de Ivonne Loriod como intépretes, y la participación de corales y numerosos solistas en varios conciertos para obras de marcada significación. Así el grupo, instrumental Diabolus in Música ofrecerá un programa exclusivamente de primeras audiciones; Rafael Orozco será solista del Concierto número 1 de Brahms con la orquesta de Viena y Rudolf Buchibinder del número 4 de Beethoven; con la Orquesta Nacional colaborará el Coro Nacional y solistas para El amor brujo y La vida breve de Falla y el Requiem de Verdi; la Escolanía de Montserrat, el Collegium Aureum programarán Vespro della Beata Vergine de Monteverdi y la orquesta de la ciudad con el coro Madrigal de Budapest, la versión de concierto del Orfeus de Gluck.
Además de estas audiciones en el Palau de la Música Catalana y las iglesias de Santa María del Mar y del Pino habrá ocho conciertos populares en los barrios periféricos de la ciudad, cursos internacionales de interpretación de flauta dulce por el profesor Kees Otten y de violoncelo por Antonio Janigro y exposiciones dedicadas al centenario de Manuel de Falla, a los manuscritos musicales de la Biblioteca de Catalunya y de documentación sobre Jaime I y su época, conmemorativa del VII centenario del rey conquistador.
El otoño musical barcelonés, como en años anteriores, resultará singularmente activo, como punto de partida de la temporada que alcanzará después su plenitud con otras manifestaciones destinadas a mantener indeclinable mente vivo el panorama artístico de la capital catalana.
Babelia
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