Críticas enérgicas a la política agraria de la Administración

«Que el Gobierno se percate de que hemos agotado nuestra paciencia y estamos cansados de pedir. Ahora es el momento de exigir nuestras justas reivindicaciones y para lograrlas estamos dispuestos a jugarnos el todo por el todo», declaró el presidente de la Hermandad Local de Labradores y Ganaderos de Coreses (Zamora) en su intervención, ante más de ocho mil trabajadores, de la Asamblea General del Campo que se celebró ayer en el Palacio de Deportes, de Madrid.

Esta Asamblea estaba prevista desde el pasado mes de marzo, en que el Gobierno aprobó la subida de precios agrícolas. Inicialmente se pensó en una marcha pacífica sobre Madrid; posteriormente, se modificó el plan sustituyendo la marcha por la Asamblea.

Todos los ponentes de la Asamblea coincidieron en que los principales problemas que tiene planteados actualmente el campo español se reducen a la mala política llevada a cabo por la Administración, que ha sumido al sector agrícola en una total falta de rentabilidad, ha obligado a emigrar a muchos trabajadores españoles y se ha llevado a la juventud rural hacia las zonas industrializadas del país. La constante de la política administrativa de los últimos cuarenta años, señalaron, ha sido la de sacrificar la agricultura en servicio de, a industrialización a marchas forzadas.

Además de exponer problemas, los representantes del campesinado español apuntaron como posibles soluciones que la Comisaría de Abastecimientos y Transportes suspenda inmediatamente las importaciones, que abaratan los productos nacionales y fomentan la miseria de los agricultores y ganaderos españoles: la desaparición del Ministerio de Comercio, la supresión inmediata de los intermediarios y, sobre todo, la revisión y fijación de una tabla le precios mínimos para los productos del campo.

Protesta contra el último aumento de precios

El representante zamorano denunció «la última desatención y discriminación del aparato administrativo con respecto a los agricultores: un escrupuloso estudio sobre los costes reales del cultivo agrícola exigía un aumento de precios del 28.5 por 100, y la Administración sólo concedió el 9.8. Al mismo tiempo, el trigo subió el 14,25 por 100 y a los dos meses se autorizaba la elevación del pan en un 40 por 100. Nos gustaría saber —añadió— a dónde van a parar las 29,50 pesetas que hay del costo de un kilo de trigo a 10,50 pesetas aun kilo de pan a 40 pesetas.» Es de señalar que fue éste el único ponente que hizo levantar en aplausos a los asistentes de la Asamblea.

El portavoz de los empresarios hizo referencia al hecho de que tanto los agricultores asalariados como los propietarios, tienen planteados en este sector idénticos problemas.

Por su parte, el presidente de la Hermandad Nacional centró su atención sobre los problemas que acarrea la actual sequía, que «deja en la ruina a cincuenta mil familias españolas». «Cuando la ideología ya no sea motivo de separación en este país -señaló- seguirán existiendo dos Españas: la rica e industrializada y la campesina al ser vicio de la primera.» Asimismo, dijo que «parece que alguien está empeñado en que comamos sólo productos extranjeros», y a continuación hizo una exposición detallada de la política de importación que se ha seguido con los productos agrarios. Refiriéndose concretamente al azúcar, declaró que «Cuba había hecho un buen negocio a costa del perjuicio español».

Durante su intervención, en general aplaudida, uno de los asistentes se dirigió hacia la mesa presidencial, al parecer con ánimos de agredir al presidente, pero fue de tenido por las fuerzas del orden.

Por un Sindicato libre, democrático y único

En relación con la reforma sindical, se pronunciaron a favor de un Sindicato libre, democrático y único, no separado del Sindicato de los obreros industriales, caso de que éste llegue a formarse, «porque la escisión de los dos sectores restaría fuerza a la clase trabajadora en su conjunto y suscitaría un antagonismo que sólo puede favorecer a los intereses de la derecha». Respecto a los cauces sindicales dentro de la legalidad, las opiniones se mostraron divididas. Mientras unos aseguran que las actuales Hermandades se regían democráticamente, algún sector se muestra partidario de la constitución de un sindicato libre y paralelo a la Hermandad Nacional.

Esta última tendencia —según informó a EL PAÍS Eustaquio Sánchez, técnico agrícola y agricultor, líder del embrionario movimiento sindical emprendido por gran número de agricultores autónomos de la pequeña y me diana empresa agrícola de La Mancha— acusa una «absoluta falta de representatividad de la actual Organización Sindical, en la que está enmarcada la Hermandad de Labradores y Ganaderos, al tiempo que se pronuncia por un sistema cooperativista autogestionario yen contra de la elevación de precios (medida que fomenta la inflación), que debe sustituirse por la orientación de recursos agrarios compatibles con la estructura del consumo actual».

La última intervención corrió a cargo del ministro de Relaciones Sindicales, quien afirmó que trasladaría sus problemas y deseos al Ministerio de Agricultura y al Rey, «que convertirá en una realidad el lema de esta Asamblea: Justicia para el campo».

Es de señalar que el ministro de Agricultura, Oñate Gil, pese a tener prevista su asistencia no se presentó.