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La "cumbre" de Berlín marca una etapa en el movimiento comunista internacional"

La Conferencia de Partidos Comunistas y Obreros de Europa, celebrada en Berlín-este el 29 y 30 de junio, marcará una fecha histórica dentro del movimiento comunista internacional. Supondrá la renunión oficial de la Unión Soviética al control de la actuación de los partidos comunistas de los países europeos con régimen capitalista.La oleada de discursos, 29 en total, pronunciados a lo largo de estas dos semanas, han demostrado que el PCUS reconoce la personalidad particular de ciertos PC, el italiano, español y, en menor proporción, el francés, en su lucha por una sociedad socialista.

El documento final, aprobado desde hace varias semanas, según los especialistas en temas comunistas, elude diplomáticamente la terminología de «dictadura del proletariado», que suena mal en las campañas electorales de partidos comunistas occidentales en la oposición, que prometen un respeto futuro de las libertades democráticas y del pluralismo político, una vez en el podder.

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Un recuerdo a Praga

Berlín-Este marca una nueva etapa, a escala, europea, cuya continuación lógica, según algunos observadores, podría ser la convocatoria de una nueva conferencia mundial de partidos comunistas para dentro de un par de años.

Moscú parece adaptarse, ante la evidencia de los hechos, a una realidad innegable: la exixtencia dentro de la familia comunista de partidos autonomistas que desean contar con absoluta libertad de acción que les permita subrayar tanto las conquistas de los países socialistas del bloque del Este, como la crítica de determinados acontecimientos, como fue la invasión de Checoslovaquia en 1968, hecho que recordó hoy Berlinguer, secretario general del PC, ante los asistentes a la conferencia.

La última jornada del encuentro de Berlín-este la marcaron el núcleo de aperturistas.

Josip Broz Tito pronunció un importante discurso de carácter universalista, en «un mundo en el que cada día los pobres son más pobres y los ricos más ricos», continuó Enrico Berlinguer explicando la línea de su partido, creador del denominado eurocomunismo, y la situación política en Italia.

Y concluyó el francés Georges Marcháis, último llegado al grupo eurocomunista, con un duro ataque para la política francesa de Giscard d'Estaing y claras alusiones a la incongruencias de Moscú que, en más de una ocasión, dio la bendición a la política exterior francesa sin tener en cuenta la existencia del PCE.

Alvaro Cunhal, secretario general del Partido Comunista portugués, habló en tono más bien distinto de los eurocomunistas, denunciando, las presiones de Estados Unidos y la Europa capitalista en la evolución de la situación portuguesa y apoyando las tesis del comunismo soviético. Berlín-Este ha sido testigo de un acto académico, durante el cual, cada PC ha expuesto sus propias ideas. Los trabajos preparatorios fueron el propio congreso, logrando limar diferencias.

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