La "cuestión comunista" clave de las elecciones
Fue un dato constante, que desde hace trece años democristianos y comunistas italianos se enfrentaban con una diferencia de cuatro millones de votos. En términos de porcentaje, dado el aumento del electorado, en las tres últimas elecciones políticas de 1963, 1968 y 1972, los comunistas, han pasado en nueve años del 25,3, por 100 al 27,2 por IOT En las elecciones regionales y locales del 1,5 de junio del año pasado se verificó un cambio revolucionario: los comunistas pasaron a un 3,4 por 100 en las quince regiones donde se había votado para los consejos regionales, y al 32,4 por 100 en el voto nacional global. Cinco puntos de porcentaje respecto a tres años antes.Esta diferencia de apenas un millón de votos con la Democracia Cristiana hace que la cuestión comunista sea clave en las elecciones del domingo, próximo: La diferencia todavía se habría reducido si hubieran ido al -Partido Comunista los 400.000 votos que conquistaron los extraparlamentarios de extrema izquierda de Democracia Proletaria. Los comunistas han avanzado siempre: se pararon cuando la invasión de Hungría y sólo en tres años han ganado más que en veinte.
La cuestión es la siguiente: ¿Esa ganancia tan rápida, proviene de un consenso espontáneo o es un Voto de protesta contra la Democracia Cristiana? La Democracia. Cristiana, que ha demostrado siempre una discreta estabilidad con alguna ligera flexión, se recuperó en las políticas de 1972. Fue en las regionales del año, pasado que, tras el referendum sobre el divorcio, se tiñeron de fuertes tintas políticas, cuando la Democracia Cristiana, de un 38,7 por 100, bajó a 35,5 por 100, Tal pérdida tuvo dimensiones de debacle, porque paralelamente fue norme la avanzada, comunista.
A pocas horas del cierre de la campaña, ¿qué es lo que han dicho los líderes políticos italianos en sus mítines sobre el candente problema de la cuestión comunista?
Francesco de Martino, secretario del Partido Socialista, dice:
«La experiencia del centro-izquierda ha terminado, es preciso formar un gobierno de emergencía que comprendatodos los partidos menos los neofascistas del Movimiento Social Italiano-Derecha Nacional. Si esto no es posible, «el Partido Socialista -ha dicho De Martino en Roma- no se sustraería al deber de constituir un gobierno de izquierdas, siempre que los votos lo permitan».
Fanfani no se fía
Amíntore Fanfani, presidente del Consejo Naci onal de la Democracia Cristiana, ha dicho en Nápoles: "El voto del 20 de junio, decide sobre la permanencia del sistema democrático de libertad en Italia.» Sin nombrar al Partido Comunista, Fanfani ha dicho que hace 28 años los electores garantizaron la permanencia del sistema democrático de libertad en el que han nacido y crecido los jóvenes que hoy yotan por primera vez.
El Partido Comunista ante este si y un no rotundo, está dispuesto a un Gobierno de emergencia abierto a todas las fuerzas del Parlamento, excepto los neofascistas.
Giovanni Malagodi, presidente de los liberales, ha hablado en Roma de la «tragedía de una víctoria comunista que significaría para toda Italia servidumbre, pobreza, tensiones internacionales».
Giuseppe Saragat, secretario de la socialdemocracia, ha dicho que «teme las presiones de la URSS sobre los comunistas italianos en el caso de que.entraran en el Gobierno», y se declara favorable a un acuerdo entre mayoría parlamentaria y Partido Comunista sobre algunos temas fundamentales para la vida del país, «sobre todo en problemas sociales».
Los líderes de Democracia Proletaria, a la izquierda del Partido Comunista, insisten en que este partido tiene que formar un Gobierno de izquierdas,
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