La extrema izquierda se une para las elecciones
A la izquierda del Partido Comunista Italiano (PCI) existe un espacio político ocupado esta vez por Democracia Proletaria (DP). Con ésta denominación y bajo el símbolo de un globo terráqueo en que se ve un puño cerrado y la hoz y el martillo, los cuatro grupos más importantes de la izquierda extraparlamentaria han concertado un pacto electoral. Esos cuatro movimientos son el Partido de Unidad Proletaria (secretario Lucio' Mágri, de unos 15 a 20 mil afiliados). Lucha Contínua (secretario Adriano Sofri, con unos 15 mil afiliados) A vanguardia Obrerá (secretario Amelio Campi, con casi 10 mil afiliados). ) Movimiento de los Trabajadores para el Socialismo (ex-Inovimiento estudiantil de Milán, secretario Luca Cafiero con cinco mil afiliados).El pacto electoral entre ellos se ha hecho necesario, a fin de obtener el quorum electoral y no dispersar los votos. Lucha Continua, de todos modbs defiende una táctica autónoma y organiza su programa y los comicíos por cuenta propia.
Cuando adoptaron dicha decisión unitaria «por necesidad» el órgano del Partido Comunista L'Unita el 12 de mayo pasado se preguntaba «¿quién los ha obligado?,¿quién se ha puesto-de por medio? Jos carabineros? ¿los bandidos? ¿el invasor extrajero?» El artículo acusaba a la DP de falta de democracia interna, de desenfrenado electoralismo que desemboca en oportunismo y a Lucha Continua de espíritu de aventura que es una provocación para el movimiento obrero y democrático, de una división sectaria que llega incluso a acusar al Partido Comunista de reformista.
Rossana Rossanda del Manifiesto, replicó irritada al director de L'Unita: «¿de qué púlpito viene el sermón de democracia interna? Al Partido Comunista italiano le molesta simplemente tener a su izquierda a una lista sola, esto no le facilita seguramentelas cosas». Rossanda acusa al Partido Comunista de navegar a la deriva hacia la derecha, del apoyar- en el pasado actualemente que en definitiva, entre PCI y DC existen pocas diferencias, de perseguir un compromiso histórico que se le desvanece entre las manos como un fantasma.Berlinguer más que extraparlamentarios los suele llamar ultraparlanientaños. ¿Qué pensar de ellos? Un grupo reducido de presión intelectual o una fuerza política viva que busca hegemonía en la nueva- izquierda, que trata de Illenar el espació libre a su izquierda por el oportunismo del Partido de Berlinguer.
El comunista Bufalini afirma tajantemente de ellos: «No queremos el monopolio, pero juzgamos peligrosas y aventureras, ciertas fuerzas de la izquierda».
La historia de todos estos grupos revolucionarios tienen una misma matriz y un mismo caldo de cultivo: La revolución estudiantil de 1968, el disenso católico, la contestación ideológica del Partido Cornunista italiano, el aumento del desempleo intelectual, reacciones ,contra el aumento, de coste de bienes y servicios... muchos de los líderes son de fórmación católica y desahogan en estas nuevas formación es políticas su rebelión espiritual, la intransigencia y la intolerancia que no han sabido o no pudieron canalizar en el catolicismo.
Durante la campaña electoral unos 35 mil activistas voluntarios, estudiantes, proletarios de los barrilios bajos, muchachas de los grupos feministas, han dado nuevo inipulso al mitín tradicional (Lucha Continua, 80 al día, los otros grupos unos 150) en vez del diálogo y la mesa redonda preferidos por los comunistas. Los socialistas han sido acusados de ambigüedad sustancial y los comunistas de intolerancia represiva.
Esto no es Chile
Los partidarios de Democracia Proletaria esperan recoger un millón de votos, casi el dos y-medio porciento y en el futuro, según incluso los expertos del Partido Comunista, podrán llegar a dos millones de votos. Es probable que obtengan quince diputados.
En el caso en que ganaran las izquierdas, no se cree que Italia pueda terminar como Chile. Allende no terminó mal por el emoje del MIR, sino por las desavenencías entre socialistas y comunistas.
Sea la que sea la táctica electoral y parlamentaria que sólo las urnas aclararán, Democracia Proletaria insiste, sobre todo, en el programa económico, pudiendo una radical redistribución de la renta a través de un control popular directo, incluso inductivo no sólo sobre el rico que no paga los impuestos, sino sobre las clases medio-superiores, un a recanverlión industrial rigurosa que mire al Tercer Mundo con control de la tecnolagía y planificaciónviáculante. Para ello habrá que chocar necesariamente con las multinacionales. Es necesario fomentár la autogestión no sólo en las fábricas, sino en otras instituciones.
Los extraparlamentarios se esperan incluso que el dólar sea cotizado a mil, y mil doscientas liras y que la tasa anual de inflación alcance el 40 y el 50 por 100, pero buscan a toda costa una colocación nueva internacional para, Italia en una sureuropa de izquierdas, solidaria contra los chantajes económicos del gran capital. Una Italia y una Europa sur autónoma debilitarían el régimen interno soviético,y la democracia occidental. Es preciso abandonar el atlantismo sin caer, por ello, en el Pacto de Varsovia.
Harina de otro costal es el complicado tema de la violencia política, los extraparlamentarios, que presentándose a las elecciones están dejando de serlo, se demuestran por lo pronto nerviosos. La violencia es siempre reaccionaria, afirman.- Para los de Unidad Proletaria, las Brigadas Rojas son un ,grupo de izquierdas donde se han infiltrado elementos de los gervicios secretos para emplearlos efectivaniente en una lucha subversiva. Para los de Lucha Continua, los brigadistas, son elementos de izquierda que han perdido el contacto con las masas y que actuan en una especie de soledad delirante. A la acusación hecha por el ministro del Interior contra Lucha Continua de ser unos violentos porque organizan «presidios antifascistas» contra los mitines neofascistas, replican que «los presidios antifascistas están de acuerdo con la constitución". La Constitución y como siempre las urnas hablarán".
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