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Nuevos síntomas de agitación estudiantil en Indonesia

Indonesia registra desde hace algún tiempo síntomas de nueva agitación estudiantil, practicamente dominada desde hace dos años, mientras las fuerzas de oposición ganan terreno dentro de la población, como consecuencia de la mala gestión económica del Gobierno.Delegaciones de los consejos de estudiantes de las más importantes ciudades indonesias presentaron un escrito al Parlamento y la inquietud es visible, principalmente, entre los estudiantes de la Universidad de Yakarta.

La nueva agitación estudiantil es una prueba de que los estudiantes, después del «asunto Malri», de enero de 1974, han vencido la apatía de la que hacían gala desde entonces. En aquella ocasión los estudiantes indonesios organizaron violentas manifestaciones contra la visita del entonces primer ministro japonés, Kakuei Tanaka.

Como consecuencia de estas manifestaciones, fueron quemados los comercios de chinos y japoneses en la capital. El ejército impuso el orden por la fuerza y detuvo a numerosos dirigentes estudiantiles. En abril de este año han sido puestos en libertad los últimos detenidos por aquellos incidentes.

En 1965 los estudiantes habían ayudado a derrocar al presidente Sukarno y apoyaron el nuevo gobierno del general Suharto. Muchos observadores occidentales se preguntan si la oposición estudiantil se unirá en 1976, a militares descontentos con la gestión del nuevo régimen.

No parece, con todo, que haya signos de una tendencia semejante. La agitación estudiantil obedece al descontento suscitado por el no cumplimiento de las promesas de 1965 y constituye casi un preludio obligado a las elecciones generales que tendrán lugar en los primeros meses de 1977.

Descalabro de Petramina

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De otro lado, las fuerzas políticas de oposición empiezan a conseguir influencia entre la población y disponen en su favor del desastre de la sociedad estatal de petróleo Petramina, que ha sido considerada como la sociedad-piloto del joven desarrollo económico del país.Una deficiente expansión, la mala administración y la corrupción llevaron a la compañía a la bancarrota durante 1975. Al parecer, el Gobierno ha logrado dominar la situación aplicando medidas restrictivas, pero no impuso un severo control a las actividades de la eoriedad, como exigía la oposición.

Las fuerzas de oposición esperan, para los comicios del próximo año, una corrección en la tendencia dominante, favorable hasta ahora a los partidos del Gobierno, aunque no un cambio radical.

Los pronósticos señalan que el partido gubernamental Golkar mantendrá la mayoría, que consiguió en las elecciones de hace cinco años. En aquella ocasión el Golkar obtuvo 236 de los 560 diputados del Parlamento, de los cuales otros cien fueron nombrados directamente por el Gobierno.

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