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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Presente y futuro de la mentalidad militar

El papel del Ejército en la sociedad actual

Quizá en el título de está crítica se encierre lo que en realidad es el libro de Prudencio García y Martínez de Murguía: Ejército, presente y futuro del que ahora aparece el primer tomo: Ejército, polemología y paz internacional. Junto a las aproximaciones históricas de R. Salas Larrazábal y M. Alonso Baquer, el ensayo Ejército y sociedad el general M. Díez Alegría y el apunte de sociología militar de Julio Busquets, estamos ante una de las escasísimas contribuciones a la reflexión profunda sobre las fuerzas armadas en nuestra circunstancia que superan el tópico y se despreocupan de una mal llamada y perezosa ortodoxia. El hecho de que este libro -seguramente el más avanzado de todos ellos- haya conseguido altas distinciones militares es un síntoma positivo y alentador.El libro del comandante de Ingenieros Prudencio García es la primera consideración contemporánea sobre el problema global de la guerra y la paz montada expresamente desde una circunstancia española concreta. De acuerdo con la tesis de Vigón, cree P G que la oficialidad debe entender de política; mientras descarta la política como oficio, ha de adentrarse en ella e incluso poseerla como saber, no solamente como ciencia especulativa; como análisis vivido de cerca, en suma. «Sí al conocimiento político, no al activismo; sí al apartidismo estricto, no al apoliticismo ciego». De esta forma se capacita el Ejército «para impedir por sí mismo todo intento de utilización bastarda de sus propios servicios».

Ejército, presente y futuro

Tomo I «Ejército, polemología y paz internacional», de Prudencio García.Alianza Editorial. Madrid, 1976.

Más información
El Ejército deberá respaldar la línea política que aleje las probabilidades de guerra civil

Se define, en el capítulo primero, el concepto de polemología no solamente como tratado interdisciplinar de la guerra sino como tendencia la desmitificación, desacralización de la guerra. El segundo capítulo amplía la tesis de la introducción; el Ejército no puede renunciar a la responsabilidad de participar en las decisiones capitales de política exterior; no es un brazo ejecutor ciego. El dramático fracaso del general Von Seeckt -prólogo del apogeo nazi al aferrarse al abstencionismo total- se escribe con amplitud y hondura. Y nos trae a los españoles -podríamos añadir-, recuerdos berenguerianos.

Se analizan en el capítulo tercero los problemas globales de la supervivencia a través de la perpetuación mundial del subdesarrollo. De lo que se deduce una nueva misión -sobre la de defensa- para las fuerzas armadas a escala de solidaridad mundial.

El capítulo cuarto comprende las tesis más importantes y sugestivas del libro. Hay que responder a la interrogación de Bouthoul: ¿Cuál es la causa de las guerras recurrentes entre países vecinos? No se trata sólo de una incidencia de los factores voluntarios -la guerra como instrumento humano- ni sólo del efecto de factores aleatorios, la Humanidad como instrumento de la guerra. Es una combinación cualitativamente imprevisible de unos y otros; pero aproximable desde un modelo gaussiano que permita detectar los «puntos de paz prácticamente garantizada» y los tratos de «guerra prácticamente inevitable». Pero -ésta es una de las aportaciones más originales de P G- la presencia decisiva de los factores aleatorios no excluye la responsabilidad de las naciones -y de los ejércitos- para evitar las guerras.

Una guerra civil

Quizá el momento cumbre de la obra sea la aplicación de esta teoría al caso de una guerra civil, concebida como resultado de una acumulación suicida de tensiones sociales, económicas y culturales. Al pensar en una concreción de la guerra civil, PG no se remonta al ejemplo español de 1936, sino a las posibilidades teóricas de desgarramiento en la España actual. «Imaginemos por ejemplo que un país atraviesa por un dificultoso aunque necesario proceso democratizador.» El conflicto -la guerra civil cómo posibilidad- se haría irreversible si la parte reivindicativa actúa «con el propósito de implantar una nueva situación de carácter totalitario» y si la parte privilegiada se niega a «ceder su exceso de poder». Es muy lúcido el análisis del sector privilegiado; que no se identifica sin más con los núcleos capitalistas ni con el poder ejecutivo estatal; que resulta mucho más complejo y peligroso, bajo la dirección de un grupo prácticamente inmovilista dispuesto a todo.Se estudian, en el capítulo quinto, las posibilidades de los ejércitos en orden a la distensión y a la paz. Conviene reproducir un párrafo fundamental: «Es nuestra convicción que, en el seno de aquellas sociedades que aún padecen graves tensiones linternas derivadas de estructuras todavía injustas y exageradamente clasistas, el Ejército no puede ni debe proclamarse elemento neutro en el duro forcejeo de intereses entre aquellos sectores políticos nacionales embebidos en un noble esfuerzo a favor de la transformación social -tendente a configurar una sociedad cada vez más justa- y aquellos otros sectores que se oponen a dicha transformación, aferrándose a viejos privilegios heredados y que aspiran a perpetuar, o como mínimo a prolongar lo más largamente posible en su propio beneficio». Ni que decir tiene que las fuerzas armadas deben romper una falsa neutralidad -que favorecería al sector reaccionario- para poner toda su influencia a favor de la transformación. Para ello habrá que superar una anacrónica- ortodoxia abstencionista con un nuevo concepto de la disciplina basado en la racionaIidad y en la corresponsabilidad; precisamente los dos principios que borró del Ejército alemán de entreguerras un político llamado Adolfo Hitler.

Por último se estudia en el capítulo sexto nuestra situación actual frente a la guerra. Se considera como única alternativa para la destrucción total, no ya un simple cambio, sino toda una mutación de valores sociales, económicos y culturales.

Importancia del libro

Baste esta apretada síntesis para llamar la atención sobre la extraordinaria importancia de este libro. Aunque el autor insiste en que habla a título personal, no puede evitarse la hipótesis que esta nueva forma de contemplar la realidad social desde las fuerzas armadas está muy difundida en el seno de nuestros ejércitos, y muy especialmente forma parte de la mentalidad social y política de nuestra oficialidad joven en su inmensa mayoría que puede considerarse como moderada. No se trata de un libro extremista, desde luego, pero mucho menos de un conjunto de tesis conformista. Conviene también una intensa llamada de atención sobre el autor. P G es un escritor militar; pero con fuerte vocación y formación humanística. Finalista de importantes premios periodísticos, hará pronto sus primeras armas en el campo de la novela introspectiva, con un libro sorprendente titulado Parálisis. No es difícil pronosticarlo tan brillante carrera literaria como castrense. Con pruebas cuajadas como la del libro que hoy presentamos.

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