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Galicia paga en salud lo que no recibe en servicios

Desde el punto de vista sanitario, resulta patente el subdesarrollo del país gallego. Galicia paga en salud lo que no recibe en servicios. Hay menos médicos, menos camas hospitalarias y unos índices de mortandad y morbilidad muy superiores a la media española. En España, cada médico tiene a su cuidado 670 habitantes, número que se reduce sensiblemente en Cataluña, hasta quedar en 600. En Galicia, sin embargo son 1.060 sus hipotéticos clientes. Un problema, por la deficiencia en sí, que se agrava más si consideramos la mala salud gallega.

Una situación tercermundista -de hecho hay varios países africanos con más camas hospitalarias- que tiene su reflejo en unos datos inquietantes. Frente a un 22,8 por mil fallecimientos de niños menores de un año, que es la media española, Galicia llega al 31,6, con un reparto muy irregular entre sus cuatro provincias: 25 en Pontevedra, 28 en Orense, 33,3 en Lugo y 40,4 por mil en La Coruña.En enfermedades infecciosas de declaración obligatoria, el 20,2 por cien mil de España, que se reduce a un 14,9 en Cataluña, sube a 123,7 en Galicia. Concretamente en tuberculosis, la comparaciones de 7,8/12,3 por cien mil, desfavorable a Galicia.

Aun cuando los datos de morbilidad son puramente estimativos, porque no existe obligación para los médicos de declarar numerosas enfermedades, resulta evidente en ambientes sanitarios que en fiebres tifoideas y paralíticas son más altas las tasas que en el resto de España.

La tuberculosis, el reumatismo poliarticular -principio de enfermedades cardíacas- también presenta tasas muy elevadas, que resulta innecesario añadir a los datos ya reseñados, correspondientes a 1972, últimos que ha sido posible conocer.

Hay otros factores, relacionados con la salud, entendida ésta como estado de bienestar físico, psíquico y social. La tasa de suicidios, por ejemplo, que es del 5,8 por cien mil en Galicia, frente al 4,4 de España, llega más que a duplicarse en alguna provincia gallega, como Lugo, donde es del 9,6 por cien mil. O la talla y el peso de los reclutas, que en los reemplazos de 1973 daba la siguiente media: 169,3 centímetros y 65,8 kilos en España y 168 centímetros y 66,7 kilos en Galicia. Entre tanto, los catalanes llegaban a 171 y 67,1, respectivamente.

Carencias en la alimentación, insuficientes ejercicios físicos y otros condicionantes, determinan estos resultados, que configuran al gallego como uno de los pueblos españoles de salud más precaria. Frente a esta realidad, ya hemos visto que el húmero de médicos: es insuficiente, pero ¿cuál es la situación de las instituciones sanitarias? Al comenzar el año 73, en España había 3,38 camas por 1.000 habitantes para enfermos agudos, en tanto Orense solamente tenía 1,64, Pontevedra llegaba a 2,46 y La Coruña era la única provincia gallega que, con 4 camas por 1.000 habitantes, superaba la media española. Igualmente desfavorable era el resultado en camas para hospitalización psiquiátrica y largas hospitalizaciones, ya que el 5,14 por 1.000 de España sólo era superado por La Coruña con 5,73, pero Lugo no llegaba a 5 y Pontevedra y Orense, superaban ligeramente el 2,5 por 1.000.

Si malo es que haya pocas camas hospitalarias, que en este momento no llegan a nueve mil para una población de casi 2.800.000 habitantes, no es menos grave que esas camas estén tan mal repartidas que en Orense, por ejemplo, cerca del 98 por 100 se encuentran en la capital. Hay localidades con 7.000 habitantes que no disponen de una sola cama hospitalaria y ni siquiera cuentan con ambulatorio de la Seguridad Social.

El caso es que las perspectivas no son optimistas precisamente. Se crean pocas camas nuevas y apenas aumenta el número de médicos. El censo de éstos ha crecido a razón de 50 anuales en la última década. Lo que tiene un significado tan dramático como éste: a ese ritmo, Galicia tardará más de veinticinco años en contar con el nivel humano de asistencia sanitaria que hoy tiene España por término medio.

Naturalmente, un panorama tan sombrío para la salud gallega tiene unas causas que es indispensable denunciar.

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