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A Argelia no le conviene una guerra

«Argelia no tenía en absoluto prevista la posibilidad de que España dejase el territorio a Marruecos y Mauritania me confió en la capital argelina un veterano conocedor de los temas locales.Además de la visita a Argel de Pedro Cortina en septiembre de 1975, las autoridades argelinas recuerdan especialmente el mensaje del presidente Bumedían, que fue llevado personalmente a Madrid por su.ministro del Interior, Abdel El Ghani, el 29 de octubre del año pasado. Al día siguiente se interrumpían las conversaciones que los ministros de Asuntos Exteriores marroquí y mauritano sostenían en Madrid con las autoridades españolas.

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Por aquellas fechas relaciones entre Marruecos y Argelia se habían degradado de manera notable. La visita realizada a Rabat por Abdelaziz Buteflika, ministro argelino de Asuntos Exteriores, en julio de 1975, resultó un fracaso considerablemente su ayuda a los «polisarios», a disposición de los cuales puso importantes bases de apoyo.Pero el desenlace de la descolonización, imprevisto en Argelia, ha obligado a este país a realizar una importante fuerza bélica, en un momento en que la situación económica interna, por el descenso de las ventas del petróleo, la escasez de divisas y una creciente inflación, no es muy boyante. Fuertes contingentes de tropas, hasta entonces empleadas en trabajos civiles, han sido trasladados a las regiones de Tlemcen, Bechar y Tinduf, en la frontera con Marruecos. A pesar de la extrema cautela con que se barajan las cifras militares en Argelia, ciertas estimaciones señalan que las fuerzas armadas argelinas, de unos 60.0000 hombres han doblado casi sus efectivos en los últimos meses.

Y han aumentado la compra de armas: no hace mucho, Argelia adquirió a la Unión Soviética armas por valor de 500 millones de dólares, de acuerdo con informaciones fiables obtenidas en Argel.

En todo casolos argelinos no desean una guerra con Marruecos, sobre todo en un momento en que se lanzó la tercera fase de Tampoco -desea Argelia una del coriflicto y, en este sentido, Buffiedian rechazó el ofrecimiento que le hizo Fidel Castro en Argel, el pasado mes de marzo, de enviar un contingente militar cubano.

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¿Cómo espera entonces Argelia resolver la crisis? Un periodista europeo, residente muchos años en Argel, explica así las previsiones argelinas: «Los dirigentes de este país esperan dos posibles soluciones: o bien el esfuerzo, bélico provoca otra insurrección en el ejército marroquí, o bien el hostigamiento del Polisario induce a las autoridades de Rabat a atacar las bases guerrilleras en territorio argelino, justificado además en las reivindicaciones históricas marroquíes sobre las regiones de Bechar y Tinduf. En el primero de los casos, Argelia prevé fácilmente una solución negociada con un régimen marroquí progresista, en el segundo, y en el calor de un conflicto abierto, llamaría a las instancias internacionales y aprovecharía para presentar de una forma global el problema del Sáhara, haciendo hincapié en las resoluciones aprobadas por las Naciones Unidas».

Entretanto, Argelia se ve obligada a financiar su propio rearme y el esfuerzo bélico de los guerrilleros saharauis, sin contar la asistencia a 40.000 refugiados alojados en los campamentos de Tinduf y el sostenimiento económico de todo el aparato político que el Polisario mantiene en Argel.

El desarrollo de los acontecimientos influyó necesariamente en las relaciones entre España y Argelia, sobre todo el sector comercial, que conocía en los últimos años un incremento de intercambio próximo al 40 por 100 anual. De los 1.400 millones de pesetas en mercancías que España vendió a Argelia en 1971 se había pasado en 1975, a casi 11.000 millones (ver recuadro).

Para 1976, las previsiones indicaban una cifra de ventas de 16.000 millones. Sin embargo, y sólo en los dos primeros meses de este año, España perdió contratos en Argel por valor de 3.500 millnes de pesetas.

La crisis en las relaciones hispano-argelinas no sólo tiene reflejos en el sector económico. Desde principios de año una auténtica procesión de representantes de la oposición española ha pasado por Argel, y la emisora oficial cede, todos los días sus micrófonos, durante una hora, a Antonio Cubillo, secretario general del MPAIAC (Movimiento para la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario).

Los llamamientos de Cubillo a sus «añaden guanchen» (hermanos guanches, son facílmente captados en el archipiélago y en la península. Los anatemas de Cubillo contra todo lo «godo» no ha caído como un mazazo solamente en los medios oficiales españoles, sino que suscitan aprensiones entre los representantes de la oposición que viajaron a Argel.

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